« Solo quiero una vida mejor » “I just want a better life”

Dominique Gay-Sylvestre 

https://doi.org/10.25965/trahs.4592

En la frontera con Guatemala, la ciudad de Tapachula (Chiapas), en México, es el punto de llegada de miles de hombres, mujeres y niños procedentes en especial de América central, Cuba, Venezuela, Haïti y Senegal. A la espera de los documentos indispensables que les permitirán cruzar México para llegar al « otro lado » o permanecer en México para llevar una vida mejor, sin posibilidad de sobrevenir a sus necesidades, unos viven en la calle, otros se juntan para rentar cuartos o encuentran refugio en albergues. El artículo que sigue, en base a los testimonios de dos hondureñas alojadas en el albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y del Migrante marca el inicio de un trabajo de campo a largo plazo sobre la situación de los migrantes en esta parte del territorio mexicano, en particular la de las mujeres, madres solteras en su mayoría y la de los y las adultos mayores. A la migración obligada, se une el tema de una violencia cotidiana.

La ville de Tapachula dans la région du Chiapas, à la frontière entre le Mexique et le Guatemala, est le point d’arrivée de milliers d’hommes, de femmes, d’enfants, principalement en provenance d’Amérique centrale, de Cuba, du Venezuela, d’Haïti et du Sénégal. En attendant que leur soient fournis les documents indispensables qui leur permettront de traverser le Mexique pour atteindre « l’autre côté » ou rester légalement sur le territoire mexicain pour mener une vie meilleure que celle qu’ils ont connue, sans ressource aucune, ils vivent dans la rue ou se regroupent pour louer des chambres ou se réfugient dans des centres d’accueil pour migrants. L’article qui suit n’est que le début d’une recherche de terrain, sur le long terme, sur la situation vécue par les migrants sur cette partie du territoire mexicain. Les femmes, mères célibataires pour la plupart en sont les principales protagonistes ainsi que les personnes âgées car la migration cache souvent bien des violences. Nous débuterons ici par le témoignage de deux migrantes honduriennes qui ont dû fuir leur pays natal pour échapper aux violences et aux menaces de mort et qui ont trouvé refuge dans un centre d’accueil pour migrants Jesús el Buen Pastor del Pobre y del Migrante.

Na fronteira com a Guatemala, a cidade de Tapachulas (Chiapas), no México, é o ponto de chegada de milhares de homens, mulheres e crianças, procedentes, principalmente da América Central, Cuba, Venezuela, Haiti e Senegal. À espera dos documentos essenciais que permitirão atravessar o México para chegar ao "outro lado" ou permanecer no México para levar uma vida melhor, sem a possibilidade de satisfazer suas necessidades, alguns moram na rua, outros se reúnem para alugar quartos ou encontram abrigo em albergues. O artigo que segue, baseado nos depoimentos de duas mulheres hondurenhas alojadas no abrigo Jesús el Buen Pastor del Pobre y del Migrante, marca o início de um trabalho de campo de longo prazo sobre a situação dos migrantes nesta parte do território mexicano, em particular a das mulheres, principalmente mães solteiras e a das idosas. A migração forçada é acompanhada pelo tema da violência cotidiana.

On the Guatemala´s border, the city of Tapachulas (Chiapas), in Mexico, is the point of arrival for thousands of men, women and children, especially from Central America, Cuba, Venezuela, Haiti and Senegal. Waiting for the essential documents that will allow them to cross Mexico to reach the "other side" or to remain in Mexico to lead a better life, without the possibility of meeting their needs, some live on the street, others get together to rent rooms or find refuge in shelters. This article is based on the testimonies of two Honduran women housed in the Jesús el Buen Pastor del Pobre y del Migrante shelter, marking the beginning of a long-term fieldwork on the situation of migrants in this part of Mexican territory, in particular that of women, mostly single mothers and older adults. A forced migration, is a subject of daily violence.

Full text

Note de bas de page 1 :

Gumeta, C. (2020). LLévate los suieños, déjame los recuerdos. Tuxtla Guttiérrez, Chiapas : Secretaría de Cultura.

Exilio
Una ciudad crece ante
mis ojos ;
la soledad se convierte
en compañía.
Madre,
aquí también morimos de tristeza
y no necesitamos una bala.
Chary Gumeta1

Note de bas de page 2 :

En 1990, Olga Sánchez que solía atender a los migrantes mutilados por la « Bestia » en el hospital de Tapachula, compró un terreno en el que mandó construir un albergue para luego, poderlos alojar. Ante el flujo cada vez más consecuente de migrantes, no solo aceptó a los que la « Bestia » había destrozado sino a todos los que lo necesitaban. Hoy en día la « Bestia » ha dejado de pasar por Tapachula.

Note de bas de page 3 :

Hay muy pocos migrantes procedentes de Haïti o de Senegal pues según me cuenta el administrador mexicano, no se acostumbran a la comida que se les proporciona y prefieren rentar alojamientos, agrupándose entre sí.

Note de bas de page 4 :

Lleva un año en Tapachula. Vive en el albergue con su hijo donde hace de portero mientras consigue la documentación necesaria para irse a los EEUU.

Delante de la puerta de chapa azul entreabierta del albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y del Migrante2 en las afueras de Tapachula, varios grupitos de migrantes procedentes de América central3 conversan entre sí mientras el portero nicaragüense4 lee la documentación de una mujer joven. Al verme, me hace una señal de reconocimiento y me abre la puerta para que ingrese en el interior.

Note de bas de page 5 :

Como contrapartida a la ayuda que proporcioan, reciben un pequeño salario. Este sistema tiene mucha relevancia en el manejo del albergue que gasta mucho dinero, cada mes, en luz, agua y aceite, tomates, cebollas, manteca (base de la alimentación diaria, aunque ahora cuentan con un huerto grande que les permite autoabastecerse).

Note de bas de page 6 :

Al dejar el albergue, podrán recuperar los objetos que han tenido que dejar.

Son las cinco de la tarde ; como siempre, las redes sociales han contribuido ampliamente a informar a los migrantes de la existencia del albergue así que reina cierto bullicio en la pura entrada. Los empleados, también migrantes5, verifican con sumo cuidado la identidad y los haberes6 de los recién llegados para evitar, adentro, todo tipo de violencia e incidentes.

Con grandes letras, un letrero advierte : « ¡Cuidado ! Participar en caravanas, protestas, marchas… te arriesga a ser víctima de la delincuencia organizada o la deportación. No existe el pase libre a los Estados Unidos », pero la mirada de los que llegan ni se percata del contenido y de su significado.

Note de bas de page 7 :

La cena es servida en el comedor común a las 6 pm, la comida a la 1 pm y el desayuno a las 8 am. Usan leña para cocinar.

Una vez acabados los trámites de admisión, se interna uno en otro mundo. La música que fluye de los altavoces se mezcla agradablemente al choque de los cucharones en las inmensas ollas que usan los cocineros – también migrantes- que preparan la cena7. El olor del guisado añade una nota de normalidad hogareña pero, los hombres, las mujeres, las parejas, incluso los niños que están aprovechando las últimas luces del día, parecen deslizarse como sombras, extrañamente sigilosos y discretos.

Parte de la cocina8

Note de bas de page 8 :

Por respeto a las personas, no se presentan fotos con migrantes.

Parte de la cocina8

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

Aquí grupos de hombres procedentes de El Salvador y Nicaragua, de pie, conversando en voz baja ; allá, una joven de 14 años de Honduras, sentada, sola, en un banco esperando a su madre que no ha regresado aún del centro de la ciudad y que me confiesa que ambas han tenido que salir huyendo las amenazas de muerte del padrastro y que sueña con llegar a ser militar en los EEUU a pesar de las mofas de las mujeres que comparten el dormitorio ; allá, una pareja de salvadoreños, sentada en el borde de la fuente, con un niño de 6 años y un bebé, huyendo las intimidaciones de muerte constantes de la pandilla al que pertenece el padre del hijo mayor porque la madre se juntó con el que la acompaña ahora…

Los demás, la mayoría, están en los dormitorios. Han estado afuera casi todo el día buscando ansiosamente recursos y la documentación necesaria a su estancia en México y a su salida de Tapachula, así que el regreso es un momento privilegiado en el que buscan el reconfort del vecino o del paisano.

Note de bas de page 9 :

A pesar de que se lleva un registro de las entradas, no se ha podido hasta ahora conocer la repartición exacta entre los hombres, las mujeres y los niños. Los encargados, migrantes, ocupados en cumplir con la regularización de su documentación no tienen tiempo suficiente para llevar a cabo este tipo de requisito.

Más de 900 personas conviven en el albergue ; a veces, sucede que ingresen más de 100 en un día. Gran número de ellas son madres solteras con sus hijos9, alojadas principalmente en casitas, en la planta baja cerca del lavadero.

Alojamiento para las mujeres

Alojamiento para las mujeres

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

El lavadero

El lavadero

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

Mientras los hombres se encuentran en el primer piso – una habitación grande puede recibir hasta 28 refugiados.

Dormitorio para los hombres

Dormitorio para los hombres

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

En la planta baja también, han acomodado un local que sirve de escuela con una capacidad para 80 niños. La Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CONAVI) financia los docentes contratados para asegurar la formación escolar de los niños y adolescentes.

Sala de clase

Sala de clase

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

Un consultorio con una médica y una enfermera permiten el recurso a los primeros cuidados indispensables a la salud básica de tantos ocupantes, en particular cuando son acogidas mujeres embarazadas.

Al fondo, un huerto aún sin mucho cultivar, servirá, en parte, para abastecer a los ocupantes. Un migrante salvadoreño que ayuda al mantenimiento del albergue y que ha decidido permanecer en Tapachula se ha comprometido en cuidarlo a modo de agradecimiento.

El huerto

El huerto

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

El migrante que me acompaña y vigila me ha dado entera libertad para entrar en las diferentes viviendas. La puerta abierta de un dormitorio me invita a pasar. Tras solicitar un permiso para entrar a las mujeres sentadas en las camas y haber verificado mi compañero que me puede dejar sola, me siento junto a la que primero me contestó.

El cuarto, grande, un poco a oscuras, tiene varias camas individuales superpuestas.

Habitación para mujeres

Habitación para mujeres

Fuente : foto sacada por la autora. Tapachula, 9 de marzo de 2022

Note de bas de page 10 :

Para mayor seguridad, incluso la inicial del nombre no es la correspondiente al nombre real de la entrevistada.

Varias mujeres, recostadas – no hay sillas -, con sus hijas, están picando pan mientras cuentan lo que les ha sucedido en el día. Todo transcurre en voz baja. Mi presencia ni les sorprende, tan fuerte es la necesidad de narrar a la otra - con mayor razón si es una desconocida - todo lo sufrido y aguantado. Así que, sencillamente, naturalmente, empieza S.10 su relato. En unas ocasiones, se le nublarán los ojos pero, en ningún momento, se quejará por la suerte aciaga que le impartió el destino.

Casi no interviene la autora en la charla : « Yo me llamo S. ». La hija de S. y la de C. que intervendrá más tarde, de 8 y 15 años respectivamente dejan el cuarto, no porque S. se lo haya pedido pues conocen la historia sino porque también es doloroso para ellas escucharla :  

Note de bas de page 11 :

Documento migratorio.

Yo sufrí de violencia doméstica por parte de mi pareja. Fueron muchos años de abuso, físico como moral. Yo tengo 36 años. Pues, él, siempre me decía que por lo gordita que yo soy, él siempre me decía toda clase de grosería y todo eso. Me decía que solo él se había fijado en mí, que no servía para nada, que solo servía para atenderlo a él, que no servía como para nada más. Entonces cada vez las groserías eran más. También me golpeaba muy fuerte. Entonces, pues, el amor con los años se fue, se acabó. Entonces, yo por último lo hice por mis hijos, para que no sufrieran más ; recapacité y me di cuenta de que les estaba haciendo daño a mis hijos, porque eran pleitos desde que nos levantábamos hasta acostarnos, todos los días, desayuno, almuerzo y cena era pleito. Entonces, mis hijos miraban eso. Yo me estaba volviendo como alguien que no era, porque a estar todos los días peleando con alguién yo me estaba volviendo cada vez más agresiva y no me gustaba cómo estaba haciendo. Entonces una noche, él se levantaba a las 2 de la mañana ; el cuarto era pequeño ; dormíamos todos juntos y me dijo que tenía ganas de pelear.
¿A las 2 de la mañana ? Sí, a las 2 de la mañana. Y le dije : no es posible que te levantes a las 2 de la mañana para pelear. Non, que tengo ganas de pelear me dijo. Entonces empezamos a discutir, levantó a los niños y los sacó afuera de la casa ; echó llave a la puerta y escondió la llave.
Non, no estaba borracho. Empezamos a pelear, a pelear, y en medio de la discusión, sí me enojé ; algo que me dijo y pues yo le di la verdad, enojada, que ya no servía como hombre, que era impotente y fue algo que lo encendió ; se enojó muchísimo y me arrancó toda la ropa. Quiso violarme y me golpeó. Entonces, yo le grité a mis hijos que fueran por la policía. Entonces mis hijos fueron por la policía pero yo solo abrí la ventana pero había una barra y no podía salir. Y por la ventana le dije a la policía que me estaba golpeando y no me dejaba salir. Y la policía le dijo que si no salía iba a ser peor la cosa, que ellos iban a entrar en la casa e iba a ser un delito. Entonces él abrió, se lo llevaron preso. Me dice el policía vaya a poner la denuncia a las 7 de la mañana.
Llegué a las 7 de mañana y entonces me dice el policía : lo vamos a mandar al juez de paz. Pero, ¿por qué si supuestamente él tenía que estar preso 24 horas ? Non, que non, pero como es un pueblo pequeño, todos se conocen, son amigos. Entonces me fui al juez de paz y le conté lo que había sucedido y me dice ¿usted qué quiere ? Es que con él ya no se puede convivir, ya no más le dije.
Es que él sabe cómo golpearme y no se notan los golpes ; en la cabeza así para que no me miren los moretes y como él es mecánico de moto, él trabaja en casa ; entonces el juez de paz me dijo : a él no lo pueden sacar de la casa porque él trabaja en la casa y si no trabaja, no te da de comer ni a tus hijos ; a ti no te puede sacar porque la ley te ampara así como a tus hijos. Y entonces le dije : non, pues van a quedar juntos pero vamos a hacer una cosa. El no te va a volver a pegar ni te va a volver a molestar. Si te vuelve a molestar me vienes a ver, pero como eran amigos… entonces fue un infierno. El no me volvió a pegar pero el abuso verbal fue peor, él lo hizo de una manera de hostigarme para que yo me fuera hacerme la vida imposible ; las insultas eran más graves, las discusiones eran más graves.
Llegó un momento que me cansé ; entonces, agarré a mi hija ; como tengo un hijo también lo dejé con mi papá al varón y me llevé a la niña para otra ciudad de mi país. Non, no los golpeaba pero a los niños los tenía todo desubicado pero no los tocaba fisicamente. Entonces ya los niños le tenían miedo. Entonces me llevé a la niña a otra ciudad de mi país pero no lo dije a nadie porque no querían que me encontraran. Duré 3 meses en la otra ciudad con la niña de 8 años. Yo seguía con el mismo número de teléfono y él me llamó una vez. Me dijo que tenía que regresar a la casa ; estás loco le dije. Pero yo sé donde estás y me dio la dirección, completa, completa. Cuando me dice eso, me quedé en shock. Y me dice si no regresas en 4 horas yo te voy a mandar dos mareros te van a traer en una bolsa de basura y me van a traer a la niña.
¿ Cómo supo? Contrató a alguien me imagino pues no lo había dicho a nadie, a nadie. A mí me dieron ganas de llorar. Lo que hice fue agarrar lo que podía y vamonos y puse la denuncia en la ciudad. Puse la denuncia bajo amenaza y todo eso y le dije a la fiscalía, a la mujer si me podía dar un lugar donde vivir pues no tenía ni a dónde. Que el lugar que ella tenía que estaba lleno ; no me dio ninguna solución y andaba con la maleta y con mi niña. Entonces me quedé en un parque pues mientras. No hallaba qué hacer. Entonces yo, lo que hice fue llamar a mi papá para que me mandara dinero y así yo me salí de mi país, yo sola con mi niña. Yo me salí. El niño se quedó con mi papá. Pero el varón está más grande, ya tiene 15 años. Ya él trabaja, independientemente, ya tiene su dinero.
Hasta ahora mi marido no lo ha buscado. Como yo tengo la tutoría legal de los niños, entonces yo le dejé la tutoría a mi papá. Hasta ahora no ha hecho nada. Lo que siento es que no es amor lo que siente por mí. Yo, lo que más siento es que es como una obsesión, como controlar. Entonces, yo estoy en proceso todavía de valorarme a mí misma, trabajar en mí misma, porque yo me descuidé por muchos años. Yo estaba mucho más gordita antes. Yo, aquí me muevo más. Yo siempre cuidé a mis hijos. Yo a mi hijo le dije no te puedo llevar pues como no tengo nada va a ser muy difícil. Pero la niña como es más pequeña pues de cualquier lado, quepo. Ya cuando me estableza en México, pues si Dios quiere, te puedo mandar a traer. Yo te puedo apoyar, pero hasta que esté estable.
Llegué a Tapachula en autobus, porque yo saqué los pasaportes, el mío y el de la niña. Yo ya lo tenía pues yo sabía que en cualquier momento, era una bomba que iba a estallar. Yo dije voy a estar preparada para escapar ; por eso tenía los pasaportes.
Gasté como 15 000 pesos desde Honduras para acá porque en Guatemala yo entré legalmente y pues para México, yo tuve que pagar para que me trajeran para Tapachula. Desde Honduras para Guatemala, yo crucé todo. El transporte era directo por eso cobraban caro y como la niña ya está grande, entonces yo tuve que cruzar la mitad de Honduras, todo Guatemala y para llegar a Tapachula. Unos venían, otros sin documentos. Cuando venía la policía a pedir la identificación, los que no tenían identificación los bajaban ; entonces, a mí me bajaron una vez y les digo pues yo estoy en Guatemala pero legal ; tengo mi pasaporte, pero me pidieron 7 quetzales. No tiene problema discutir con ellos pues es lo mismo ; se lo evita tener problema y luego más y luego cuando vieron que mi pasaporte tenía todos los sellos y demás pues me dejaron tranquila pero a los demás les pedían 100 quetzales de mordida. Dijo : « aquí tenemos la autoridad de que se regresen a su país, usted quiere cooperar, está bien. El otro a ayudar así que no hablemos mucho ; 100 quetzales cada uno y usted puede seguir su camino ». Entonces los 4 retenes 400 quetzales, 100 quetzales cada uno por todo el camino, es lo que pedían ellos.
Aquí llevamos un mes y sí empecé los tramites. Ya me dieron el APU11. Ayer me lo dieron y hoy me dieron la cita de la visa. Ya me hicieron la entrevista, escrita. Me la hicieron escrita y me la hicieron grabada.
En Honduras yo era ama de casa. Nunca pude trabajar pues él me decía no te voy a dar permiso, no te voy a dar permiso y yo pues para no hacer más drama la cosa pues me quedaba callada ; obedecía. Yo llevaba 14 años de casada y 14 años golpeada pero yo como le digo, al principio yo dije va a cambiar, va a cambiar ; non, al contrario, porque embarazada me golpeaba pero me decía pues ahora tengo un hijo y no puedo hacer nada porque siempre él me metió eso en la cabeza y no podía hacer nada, ni para trabajar. Que no servía para trabajar ni que ningún hombre se iba a fijar en mí si no era él. Me metió eso por muchos años por eso me descuidé de mi persona. Sí pues me dediqué a mis hijos y a él y a la casa.
Mi hijo mayor me animaba a que yo me fuera. El me dijo “Mami, ¡váyase! Porque es mejor para todo. Es mejor para todo. La niña…, incluso hoy, me dolió el corazón porque estábamos en la estación y nos cayó todo el agua ; le puse un plástico en la cabeza, se va a enfermar otra vez me dije. Me dolió tanto vernos así, todo mojadas y pensé recogemos las cosas y nos regresamos. Me dijo ella : ‘no mamí porque usted sabe la vida que teníamos allá’.
Yo no quiero ir al otro lado, me quedo aquí en México. Mira yo no busco ni riqueza, ni lujo. Yo lo único que quiero es tener un hogar tranquilo con mi niña y trabajar. Non, no me quedaría en Tapachula me iría a otro lado. Me están ofreciendo trabajo en Tamaulipas, pero queda lejos ; necesito moverme, pero lo quiero hacer de una forma segura. No quiero arriesgar nada para mi hija ; nada de eso.
Yo lo que te digo si Dios me pone oportunidades en el camino, lo debo de aprovechar.

Se interrumpe de repente como reflexionando acerca de lo que acaba de comentar y sonríe al bebé que su vecina y amiga lleva en brazos. Ambas llegaron a un tiempo al albergue, por vías diferentes. No se conocían pero la suerte común, el aislamiento, la soledad, el pertenecer al mismo país, el compartir el mismo lugar y los mismos sueños las han hermanado. Saben que cualesquiera que sean las circunstancias, en cualquier lugar que estén, de ahora en adelante, podrán contar una con la otra.

Note de bas de page 12 :

Ver nota 10.

Me viene a mí contar, ahora, me dice C. ?12 « ¡Aie mi vida ! »

Note de bas de page 13 :

Parque grande en Tapachula donde se instalan los migrantes sin alojamiento.

Tengo 42 años, Llegué acá el 7 de febrero. Hace un mes. Estoy aquí con mis dos hijos. Tres se quedaron en Honduras. Tienen 23, 21, 19, 15 y la niña de 8 meses ; 4 con el mismo hombre, mi marido. La bebé es un abuso. Un abuso sexual donde yo trabajaba. Me violó. No puse la denuncia porque tengo un hijo militar y si ponía la denuncia, él iba a pagar las consecuencias porque la persona que abusó de mi es un teniente, una persona de alto rango.
Yo trabajaba en una casa, yo dormía ahí. Era una señora de edad.
No era la casa del teniente. Non, él era sobrino de la señora donde yo trabajaba. Solo vivíamos las dos. La señora tenía 72 años. Yo la cuidaba pero cada quien dormía en su cuarto. Yo la acostaba y cada quien se iba a su cuarto. Ese día, me imagino que con maña, él se quedó ahí. Nos fuimos a acostar. Rezamos a la Virgen de Guadalupe y cada quien se fue a su cuarto, cuando yo sentí que me estaban tocando. Me levanté a la carrera a prender la luz. Sacó su pistola y me dijo : « si hablas, te mato ». Iba a matar a la tía también. Me quedé callada y me dijo : « si llegas a poner una denuncia, te mato a tu hijo porque sé donde está y en casa donde está ; sabe donde está su batallón, ya me conoce entonces y si no te largas de aquí del país, tu hijo en tantos días se muere.
Eso ha sido demasiado duro para mí porque yo tenía un hogar de 23 años y mi esposo también me dio la espalda. El no creyó de lo que me pasó donde él dice « supuestamente ». Porque él no estaba. Se había ido a Costa Rica a trabajar. Pero andaba perdido y no mandaba dinero. Solo le hablaba a sus hijos ; entonces yo dije voy a trabajar y me dio esa oportunidad. O sea me fui donde la señora donde no había nadie. Según iba a estar sola y era un lugar tranquilo porque éramos dos mujeres. Y fue por la necesidad. Mi compañero me abandonó ; me dijo que no sabía si era la verdad ; me dejó con la niña de 15 años. Ella está conmigo aquí. Ella está muy sentida con eso, porque en sus 15 años tampoco la salvó. El es el padre de los 4. Nunca estaba en casa. Estaba trabajando en Costa Rica por eso me fui a trabajar para poderlos mantener, sustentarlos con lo poquito que ganaba y fue cuando él me violó.
Ella sí cumplió sus 15 años. Fue lo más duro, no tener a su papá ahí. Yo tengo dos otras hijas pero las dejé en un lugar que dicen la Mosquitia donde nadie puede entrar, donde nadie las puede ver porque igual me dice : « cualquiera de tus hijos… ». Non no es un albergue ; es una casa ; es un primo y él vive en un lugar aislado. Es la casa de mi padre y él los cuida y mi hijo está en el batallón donde … Mi hijo casi nunca sale pues solo puede ir los fines de semana por lo mismo, porque él sabe que el teniente llega e incluso a él lo pone a hacer 100 pechadas, lo pone a correr con una mochila de 70 libras de harina. Sí, él que abusó de mí es el teniente de él y no lo cambia de ningún grupo.
¿Cómo encontré este trabajo ? A mi cuñada, la que anda aquí, incluso porque ella sabe lo que me pasó ; a ella también la están amaenazando. El mismo la está amenazando. La están amenazando porque trabajaba donde la prima de la señora donde yo trabajaba. Entonces, ella porque tuvo que salirse de allí de la casa y nos llegó el papelito que decía : « te doy tantos días para que te salgas de la casa si no se muere y ya saben a quién me voy a llevar primero. Entonces, yo busqué la manera. Bueno, mi hijo tenía una motito y tuvo que venderla. Yo me vine con el carnet de identidad, si incluso a la niña tengo la partida de nacimiento porque me dijeron que la necesitaban, pero yo si no tuve como pagar pasaporte, y todo eso. Solicité a una muchacha que si me la podía sacar en línea pero dijo que no podía, que el sistema solo decía que no se podía.
Sí la declaré cuando nació, pero la grande ; la chiquita también pero la chiquita está con el nombre mío y dice que necesito una partida de nacimiento y yo solo me agarré la partida de nacimiento de ella, la partida de nacimiento de la grande y una carta de identidad y con todo eso me vine. Y a mí sí a nosotros nos dieron como una estafa. Nosotros veníamos como cuando uno no mira. Decían : tienen que pagar esto. Nosotros lo hacíamos porque qué íbamos a hacer. Entonces nos salieron unos hombres con unos machetes, de ahí de Tecuman y nos tiramos para el monte. Ahí nos tiramos para el monte con los niños y allí nos cobraron. Y, ahí nos empezaron a cobrar. La combi nos cobró 160 dólares ; también quiera que era lo último ya cuando nosotros llegamos al parquecito, el parque de la Independencia13. Nos quedamos ahí y ya no andábamos absolutamente sin nada. Nos llevaron directamente al Parque y ahí nos dejaron. Solo nos dejó la combi que agarramos y nos dijeron : « ¡bájense ! y eso fue todo ».
Del albergue, yo supe por un muchacho. Siempre hay personas buenas y me dijo. El veía que no nos movíamos y él estaba ahí. Entonces dijo : « ustedes ¿ para donde van ? ». Le digo : « yo no sé ; aquí no sabemos para donde vamos ». Non, dice, hay un albergue aquí ; hay otro, pueden agarrar este otro y nos dio para el pasaje para que nos trajeran para aquí. Hay buena gente siempre. Pero todo fue muy difícil. Aquí por ejemplo, yo compro pañales y leche para la niña pero no tengo dinero. Pero siempre hay gente buena. Y a veces a la muchacha que está del otro lado le pido una copita de leche. Pero esto sí ha sido demasiado difícil ; estar siempre a la espera. Y cuando te pasa eso…
Tenía 15 años de haber tenido la niña y como no tenía relación con el marido yo, ¿para qué iba a planificarlo ? Non, no planifiqué nada y me sucedió eso. Hice tanta cosa que le digo que solo Dios lo sabe, para ver si la niña no nacía pero, creo que ha sido el milagro de Dios. Sí, pensé en abortar, claro que sí. No se dio, yo le aseguro. Yo tomé hasta veneno que se da a los ratones ; me untaba la barriga para ver y no. A la niña la fui a tener en el hospital infantil en la capital y allí la iba a dejar porque yo decía : Dios mío cuando le vea la cara, yo le voy a ver la cara siempre y entonces … y mi hija me dice : non mami, la niña no tiene la culpa. Yo la voy a ir a traer dice, yo no la dejo botada. Y mire, la niña ahí está. Ha sido una bebé tan querida que viera ; ella tiene como alma, como que llama la gente ; viera solo aquí, como uno la chine, el otro. Yo le pido perdón a ella porque lo que iba a hacer con usted, le digo no era fácil. Y cuando la mira esa sonrisa que nos da, no crea ; es muy difícil pero yo sé que hay un Dios de poder, que Dios sabe que si uno anda aquí, no anda solo por andar, porque ha dejado la otra mitad. Esa otra mitad que es, pues el corazón está allá, sí.
¿ Si pienso en hacer venir a mis hijos ? Yo digo que incluso el militar que se vengan todos aquí. Yo me quiero quedar en México ; que Dios nos ayude ; que todo salga bien. Para cuando yo esté ubicada, por lo menos y ya saber qué hacer. Ahorita, estoy así. Ni para allá ni para acá. Pero, sí es la esperanza que tengo de que todo me va a salir bien.

El grito de una mujer en silla de ruedas que irrumpe en el cuarto corta el relato de C. Al verme se detiene en seco y, mirándome, exclama : « Y ésta, ¿qué hace aquí ? ». No espera la respuesta y grita de nuevo sin poderse controlar « ¡Ya lo tengo ! Salgo mañana para el otro lado ! ». La discapacidad de la que sufre le ha permitido obtener rapidamente un pase para Miami donde la espera un hermano. Rebosa de felicidad y cuando se entera de que me he entrevistado con dos de las mujeres del cuarto, me dice : « Yo también soy de Honduras, ¿por qué no te reúnes conmigo ?». Pero, la algarabía que ha provocado ha alboratado a otras mujeres que salen de sus dormitorios a felicitarla y solo me queda despedirme de S. y de C.

Por un momento, a pesar de que sus narraciones les hicieron evocar malos tratos pasados y añorar la presencia de sus hijos y familiares, S. y C. pudieron enfrentar sus sueños futuros. La atención que se les proporcionó, a pesar de su brevedad, sirvió para alentarlas. Pero, imposible evadirse mucho tiempo… al regresar su hija al cuarto, S. murmura :

Estoy muy cansada ; tengo dos días sin dormir casi. Me levanté temprano para ir a la entrevista, y cuando fui allí se nos cayó el aguacero y cuando nos vi todo empapadas, me dio mucha tristeza y me dije : ¿Qué hacemos aquí ?

En efecto ¿qué hacen ahí estas mujeres ? Entre violencias, abandonos, rechazos, menosprecios, miedos e indiferencias, sin recursos y por tanto valientes, atrevidas y emprendedoras, lo abandonan todo, hasta sus seres más queridos en busca de un mundo mejor. No sueñan con una vida de lujo, solo con una vida mejor que la que tuvieron, para ellas y sus hijos. Y, nunca, nunca, dejan tras de sí a sus hijas, por muy trabajoso que sea el camino que las espera. Unas y otras se amparan y defienden y, a veces, se invierten los papeles.

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Gay-Sylvestre, D. (2022). « Solo quiero una vida mejor ». Trayectorias Humanas Trascontinentales, (8). https://doi.org/10.25965/trahs.4592

Author

Dominique Gay-Sylvestre
Catedrática emérita de civilización hispanoamericana. Presidenta de la Red internacional ALEC desde 2010. Dirigió el cuerpo académico (EA 6311) Educación y Diversidad en Espacios Francófonos (2010-2017). Crea y dirige la revista numérica indexada Trayectorias Humanas Trascontinentales (TraHs). Es autora de numerosos libros. Ha organizado y participado en numerosos coloquios y Congresos entre los que destacan el IV Congreso internacional de la Red internacional ALEC en Limoges (septiembre de 2021) “Las personas mayores en el Mundo en el Siglo XXI. Aprender a convivir” y el Congreso internacional « Políticas Públicas, Derechos y Calidad de vida del Adulto Mayor : el reto del Siglo XXI”, en el Cuciénega de la Universidad de Guadalajara (México) (febrero-marzo de 2022).
Red internacional ALEC
Universidad de Limoges
Limoges, Francia
https://orcid.org/0000-0002-0299-3136
dominique.gay-sylvestre@wanadoo.fr
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