Marbella nunca pudo tener la vida que tanto deseaba, entre su esposo e hijos. Su destino fue otro que la indujo a optar por una existencia que nunca sospechó, entre bastidores ocultos e inconfesables. Pero su fe inquebrantable en un porvenir mejor, su voluntad inalterable de superación, su pasión por la lectura le abrieron caminos nuevos por recorrer. En ¿Quién soy ? (Poemario) encontró la manera de traducir sus sentires más hondos y salvarse de la soledad, del rechazo y la discriminación que tanto la agobiaban. Conocedora del género humano y de sus fallas, ya en la Tercera edad, generosa, amante de la vida y de los placeres sencillos, sonríe a la vida que logró construirse, aunque no exenta de pesares.