Arte, memoria y locura: vivencias como maestro en la escuela normal superior Art, memory and madness. An experience as a teacher in the normal superior school

Wilton Alberto Zapata Muñoz 

https://doi.org/10.25965/trahs.3235

El artículo que a continuación se presenta, surge como producto de la labor realizada por el docente en la Escuela Normal Superior del municipio de Sonsón Antioquia. Este artículo atravesó por distintos momentos. En el primero se narra el comienzo de la actividad pedagógica en la vereda y las vicisitudes que se tuvieron al iniciar este camino, en el segundo momento se narra sobre la construcción del farol que iluminaría el camino de la pedagogía de la locura, alimentado de fantasía, magia, resiliencia y empoderamiento. En un tercer momento se establece, a partir del contacto y de la relación con los estudiantes y la comunidad, nuevas dinámicas de búsqueda, análisis y reflexión desde el arte, que permitieran la intervención de los estudiantes como creadores de memoria y constructores de paz. Este artículo está marcado por pasión, sueños, angustias, pero sobre todo sobre resignificar la labor docente como una apuesta loca de construir conocimiento en una sociedad que está perdiendo las ganas de soñar. Porque en tiempos de preguntas fuertes con respuestas débiles el maestro es un loco aventurero que se atreve a crear caminos.

L’article que nous présentons est le produit d’un travail effectué par un enseignant de l'École Normale Supérieure de la commune de Sonsón -Antioquia. Il comprend différents moments : le premier retrace les tout débuts de l'activité pédagogique et les vicissitudes qui l’ont accompagnée, le second évoque la construction de cette lumière qui allait illuminer le chemin de la pédagogie de la folie, nourri de fantasme, magie, résilience et autonomisation. Dans un troisième moment, grâce à l’art, de nouvelles dynamiques de recherche, d'analyse et de réflexion sont générées du fait de la relation avec les étudiants et la communauté : les premiers devenant créateurs de mémoire et bâtisseurs de paix. Notre article est marqué par la passion, le rêve, les angoisses, mais surtout par une volonté de redéfinir l’activité pédagogique comme un pari fou destiné à construire des connaissances dans une société qui perd l'envie de rêver. Parce qu’en ces temps de questionnements forts, lorsque les réponses sont insuffisantes, l'enseignant apparaît comme un aventurier fou qui ose créer des chemins.

Este artigo, apresentado a seguir, surge como um produto do trabalho realizado pelo autor da Escuela Normal Superior Do município de Sonsón Antioquia. Este artigo passou por momentos diferentes. No primeiro, narra-se o início da atividade pedagógica na rua e as vicissitudes vivenciadas ao iniciar esse caminho; no segundo momento, narra-se a construção da lanterna que iluminaria o caminho da pedagogia da loucura, alimentada pela fantasia, magia, resiliência e empoderamento. Num terceiro momento, a partir do contato e relacionamento com os alunos e a comunidade, são estabelecidas novas dinâmicas de busca, análise e reflexão desde o arte, que permitem a intervenção dos alunos como criadores da memória e construtores da paz. Este artigo é marcado por paixão, sonhos, angústias, mas, acima de tudo, ressignificar o trabalho docente como uma aposta louca para construir conhecimento em uma sociedade que está perdendo o desejo de sonhar. Porque em tempos de perguntas difíceis com respostas fracas, o professor é um aventureiro louco que ousa criar caminhos.

This article, which is presented below, arises as a product of the work carried out by the teacher at the Escuela Normal Superior of the municipality of Sonsón Antioquia. This article went through different moments. The first narrates the beginning of the pedagogical activity on the sidewalk and the vicissitudes that occurred when starting this path, the second narrates about the construction of the lantern that would illuminate the path of the pedagogy of madness, fueled by fantasy, magic, resilience and empowerment. In a third moment, new dynamics of search, analysis and reflection from art are established, based on contact and relationship with the students and the community, which would allow the intervention of the students as creators of memory and builders of peace. This article is marked by passion, dreams, anguish, but above all about resignifying teaching work as a crazy bet to build knowledge in a society that is losing the desire to dream. Because in times of strong questions with weak answers, the teacher is a crazy adventurer who dares to create paths.

Sommaire

Texte intégral

Preludio

♪♪ Slip inside the eye of your mind
Don't you know you might find
A better place to play?
You said that you've never been
But all the things that you've seen
They slowly fade away ♪♪ (Oasis, 1995)

Es así como esta canción de Oasis va forjando el camino y moldeando las alas con las cuales la aventura de la educación viajara cual si fuera Perseo en su Pegaso, luchando contra el kraken y liberando su amor, Andrómeda. Así con estas alas construidas de imaginación volamos a luchar contra el kraken de la ignorancia y la injusticia, con la esperanza de liberar la magia de nuestros corazones y desatar los nudos de la locura que permanecen perplejos frente a la ignominia que ha sufrido nuestra educación, es así como esta magia construida con alas de locura será el inicio de esta pasión, donde volamos cual si fuéramos mariposas pero con corazón de Pegaso, donde encontramos un lugar mejor para jugar y no sabemos si es de día o de noche, pero estamos completamente convencidos que podemos mirar el pasado sin rencor.

Un poco de realismo mágico

Cuando Mauricio Babilonia empezó a perseguirla, como un espectro que sólo ella identificaba en la multitud, comprendió que las mariposas amarillas tenían algo que ver con él. Mauricio Babilonia estaba siempre en el público de los conciertos, en el cine, en la misa y ella no necesitaba verlo para descubrirlo, porque se lo indicaban las mariposas (García, 2007: 118).

En mi memoria, tengo el día en que nos encontramos por primera vez, lleno de emociones, curiosidades, nerviosismo, alegría… Finalmente entramos al salón y nos sentamos sin saber que en ese momento comenzaba el viaje más maravilloso de nuestras vidas.

¡Qué atrevidos, soñar en un mundo sin sueños, qué arriesgados ser locos en un mundo de autómatas y qué insensatos vivir en la tierra, cuando los pensamientos vuelan alto! Recuerdo con agrado y si me lo permiten con lágrimas del alma, que ese día nos atrevimos a ser mariposas amarillas, esas mariposas que representan alegría y locura, esas mariposas que nos recuerdan divertirnos, porque ver una mariposa amarilla volando a tu alrededor te trae felicidad y prosperidad, somos mariposas que construyeron con alegría los cimientos de esperanza y de futuro, esas mariposas que rompieron los obstáculos, esas mariposas que nos declaramos capaces de ponernos en la piel del otro y nos condujo a preguntarnos si acaso no sería relevante que cada uno de nosotros revisáramos nuestras relaciones, reflexionáramos sobre aquellos momentos en los que nos vemos enfrentados a lo diferente, a lo que no nos simpatiza, a aquellas situaciones en las que preferimos callar o rumorar, antes que actuar en bien de otro que está siendo maltratado, excluido o agredido.

Ser mariposas, nos recordó que siempre podremos estar mejor, que somos parte de un problema y de su solución, que es más lo que nos une que lo que nos separa. Mariposas que fuimos capaces de ver que aquello que supuestamente nos sobra – la presencia del otro, es justamente lo que nos falta; en este reconocimiento empezamos a construir nuestros sueños y los dejamos volar como las mariposas que somos, y pasamos de ser soñadores a ser forjadores de utopías.

Los rostros

Mi primera noche en este frio pueblo, mi sueño se ha esfumado, emprendió viaje con la cordura, me inquieta saber que pasará el siguiente día, pero lo que más me inquieta, son sus miradas, no las logro sacar de mi cabeza, había frialdad, miedos, la búsqueda de un corazón. En este cuarto frio a media luz aparece una hoja de la nada, cual doncella queriendo que mis letras se posaran sobre ella, y cual amante, en la noche, silencioso y con movimientos casi eróticos de mi mano las palabras salían y se posaban en ese cuerpo perfecto de líneas horizontales que clamaban por mis trazos, clamaban que le hiciera el amor con palabras del alma; Los pensamientos se hicieron letras y compuse una poesía a la noche, a las miradas, a la angustia de comprender qué pasaba en mi interior. El amor devino en poesía y la poesía en angustia. De este amor entre mi mano y la hoja nace: las miradas.

Hoy la noche esta fría, las estrellas no dicen nada,
La luna busca un camino que la lleve hasta el alba,
La noche esta oscura, la alumbran esas miradas
Son el consuelo sublime, que está llenando mi alma.
Porque el misterio no es la noche, el misterio son las miradas

En la cual se pierden caballeros que luchan sin calma.
Qué tendrá la noche que nos llena de magia, que tendrán esas miradas
Que me inquietan el alma.

El Insomnio sigue y en el silencio me pregunto si voy hacer capaz de seguir, Para dejarlo todo, me sobra motivos, pero quiero seguir, no quiero fracasar, en esta dicotomía vuelven las miradas, pero regresan con nombres concretos, se trata de Mariana, de Alejandra, de Jonathan... y puedo asociar cada nombre a una cara, a una sonrisa, a un temor, a un sueño y es en ese instante que contemplo los rostros de todos los estudiantes, estoy en trance y puedo acariciar esos rostros, miradas que hablan y me dicen que no me vaya, que los acompañe en este hermoso camino llamado educación, que sea su guía, su faro de Alejandría, que les dé una oportunidad y que me la de yo, en ese momento salgo del nirvana y me doy cuenta que el rostro no se puede tocar, el que toca posee, domina; pero es en la caricia donde se proyecta, y entendí que la educación igual que el rostro son una caricia del alma, una caricia con fuego, pero es en el camino cuando alzamos nuestras alas que nos damos cuenta que ese fuego ilumina el camino.

Día de la santa cruz

Estoy parado en la ventana de mi cuarto observando hacia las montañas, las ventanas al igual que mis ojos no están en cuarentena, puedo observar al horizonte y recordar los días en los que jugaba a ser maestro, el día esta gris, tiene nostalgia, no me sorprende si llueve, así estoy yo, me invade la melancolía y no me sorprendería que en mis ojos se diera una tempestad de lágrimas, es tres de mayo, día de la santa cruz y me aferro a los recuerdos, ya que son los únicos que no cambian.

Entro al cuarto y una luz se enciende en el cajón de los recuerdos, ese que guardo como un tesoro, una luz mágica, no comprendía esa luz, quería iluminar algo, quería jugar conmigo o tal vez quería que el mar que se contenía en mis ojos se desbocara. Abro el cajón y buscando entre mis cosas viejas yo me encontré, Una carta que decía "todos tenemos la enfermedad de los soñadores", la luz desapareció y en ese instante el cielo se resquebrajó en relámpagos, mi alma se inundó en desasosiego y las lágrimas igual que la lluvia no se contuvieron, como si necesitaran esa carta para llenar el vacío de los recuerdos, mi alma volvió a ese primer día en la escuela, ese primer día que no se olvida, pero que necesitamos mantener vivo; comencé a leer y sentir las voces, los gritos en los pasillos, las canciones de Anderson, las poesías de Isabel, la campana que anuncia, el pasar de las hojas de los cuadernos, los lápices que caen, por un instante me sentí en la escuela, y fui feliz.

Carta
3 de mayo 2019
Para: Wilton Zapata Muñoz
Asunto: La enfermedad de los soñadores
 
Un día de la santa cruz llegó usted profe, y desde ese momento le dio un giro irreversible a la educación, con su esencia y sus ideales locos logro captar mi atención, le dio esa chispa que por años faltaba, se convirtió en más que un maestro un amigo, nos ha dado tanta confianza que somos tan libres a la hora de crear, nos enseñó que no debemos quedarnos en lo simple, que siempre hay algo nuevo que buscar, conquistar o simplemente conocer.
Es que simplemente con usted fue eso, aventurarnos a descubrir, a ver que la vida no hay límites mientras la tengas, es que realmente volvimos a ser niños en este trayecto, pero sin duda alguna crecimos como adultos, nos alejamos de tanta cotidianidad y de lo inesperado creamos tantas cosas, de la nada nos convertimos en magia, algo imparable, le dimos voz a una pequeña escuela de vereda. Ya no solo éramos un salón en una clase aburrida, éramos más, nos habíamos convertido en esa parte que ya no solo pensaba, sino que también razonaba, éramos personas nuevas, nos definíamos en lo que realmente queríamos. Se despertó la creatividad, en Anderson aquel niño de séptimo que de la nada sobresalía con su rap de enseñanza, o Isabel que todos los días nos alegraba con su poesía… fue eso y tanto, tanto que aprendimos y sentimos que queremos contagiar a todos de lo que sentimos, dándole voz y voto a las personas que no lo tienen, sabe en este camino sin duda alguna el proyecto que más disfrute fue en la piel del otro, personalmente me hizo salir de ese egoísmo a la hora de ver la vida, me di cuenta que no solo era yo, que es todo un país, o un planeta el que sufre, y ante nuestros ojos enceguecidos solo es paisaje, o porque no nos afecta directamente no nos importa. Este fue uno de los trabajos más profundos y significativos para mí, me dejo tantas enseñanzas, pero lo mejor de todo es que no solo se quedó en mí, logramos dar luz en otros lugares con nuestro trabajo, la verdad no se imagina cuan orgullosa me siento de haber hecho parte de ese proyecto, me dio sensibilidad, pero sin duda alguna me dio demasiada admiración al trabajo de ustedes como docentes, que sin duda alguna llenan gran parte de nuestra vida y nos marcan para toda ella; me encanta la huella que usted está marcando porque se sale de lo convencional, es la locura hecha humano, es demasiado creativo, y me deja algo más para admirar, que usted nunca se quiere parecer a los demás, quiere dejar huella con su autenticidad, con su locura, pero sobre todo con la pasión que emprende un proyecto, por ello y por muchas cosas más lo admiro y me gustaría seguir ese ejemplo incansable de luchar por la justicia, como lo hace Batman o como lo hace usted. Atentamente: Alejandra. (López, 2019: 1)

Mi corazón se regocija en recuerdos, vuelve la tenue calma, sale el sol y florece una flor en mi corazón, una flor de recuerdo, un recuerdo que fue el inicio, un camino, una semilla que creció de tanto regarla, una flor floreció, un camino se mostró y mis estudiantes y yo seguimos enfermos, disfrutando de la enfermedad de los soñadores, la locura.

El mordisco de la media noche: el camino

Una mañana chayo parecía enferma: no quería levantarse del chinchorro.

- Dejémosla tranquila, tiene el mordisco de la medianoche. – le dijo Sara a Leoncio.
- ¿Qué es el mordisco de la medianoche? – pregunto Mile intrigada.
- Hija – dijo Sara tomándola de cabeza. – es un nombre especial para la tristeza más honda, la de abandonarlo todo: la tierra, los parientes, los amigos y los muertos.
Es como si la medianoche se fuera metiendo dentro y uno fuera viendo como toda su vida se vuelve oscura. Perder los sueños, las ganas de vivir (Leal, 2009: 72).

Fue muy duro como maestro comenzar, las ideas, los sueños, las ganas de crear conocimiento, las ganas de emprender este loco camino llamado pedagogía, se fue retrasando, esa frialdad, esa búsqueda incesante en sus miradas me inquietaba, me sentía culpable de esto, sentía que el respeto y cariño que le tenían al maestro anterior estaban en mi contra, me sentí solo, un quijote luchando contra gigantes, sentí una tristeza muy honda, el mordisco de la media noche me había poseído, estaba lejos de mi tierra, solo, sin experiencia, con temor, pero esta mezcla de sufrimientos fue un aliento para comenzar mi camino y el de mis estudiantes, detrás de esas miradas angustiadas estaba la magia única que te dan los comienzos. Me tardé poco tiempo en darme cuenta que estaba equivocado, que el mordisco de la media noche no estaba en mí, estaba en ellas.

Es difícil arrancar cuando el corazón de los estudiantes esta desplazado, no solo del terruño sino del cariño de sus padres, cuando la violencia intrafamiliar y el machismo recalcitrante se apoderan de los corazones y las miradas de las niñas de la comunidad, no hubo necesidad de disparar, pero se masacraron sus sueños, se masacraron sus esperanzas, no solo con balas se asesina, se asesina con la palabra, con los gestos, con la mirada, con imponer el miedo y no permitir que la educación permee la vida de las mujeres, porque están destinadas para servir al hogar.

Note de bas de page 1 :

Pueblo indígena que habita la península de la Guajira, la parte más nororiental de Colombia, limítrofe con Venezuela; esta comunidad de estructura matriarcal, sufrió una incursión paramilitar en el año 2004 donde murieron 12 personas y siendo desplazadas 600 indígenas de la comunidad.

El mordisco de la media noche fue un elixir para que las mujeres levantaran la voz, una voz disidente que se enfrentó contra esas voces hegemónicas que nos quieren imponer sus verdades. La mujer no debe ser el medio y mucho menos el fin para llevar la barbaridad a los pueblos, asesinar la mujer es asesinar la cultura, es asesinar la creación, es asesinar la esperanza, con ayuda de este libro nos pusimos a la tarea de dar vida al arte desde una mirada resiliente de la mujer, una mujer empoderada que transita por este hermoso pais llamado Colombia y que lo hace hermoso y potente con su sonrisa, su caminar, su inteligencia, es por esto que el Arte y la Memoria son el pretesto de dar vida y empoderar a la mujer, llenarla de sentido, tan valioso como la sonrisa de una niña Wayuuu1, tan encantador como el canto de una niña campesina o tan sublime como el bailar de una niña de escuela en el ocaso de su jornada estudiantil.

El arte que hace memoria es la puerta que se abrió a la memoria historica, para enaltecer a la mujer y enarbolecer su existencia, fue la entrada a la magia, a la fantasia, a la locura, a gritar fuerte, a no callar, a construir desde el arte universos de posibilidades donde todos cabemos con pasión, a mirar mas allá de la vereda. Desde ese momento me puse en la piel del otro y sentí dolor, sentí el dolor de la madre que espera su hijo, sentí el dolor de la niña abusada, sentí el dolor de la niña que calla al maltrato de su padre, sentí el dolor de la mujer desplazada, sentí el dolor de la mujer campesina, de la mujer colombiana. ¿Cuántas mujeres en este momento estan siendo abusadas y estan perdiendo la esperanza? ¿Cuántas mujeres en este encierro se están sintiendo maltratadas? Fue la hora de darle voz a las sin voz y vencer esas voces hegemonicas que nos dominan, el mordisco de la media noche fue desapareciendo del aula de clases y el temor se convirtió en arte, el arte se convirtio en vida y esta mezcla de arte y memoria nos ayudó a que nuestras mujeres gritaran tan fuerte que se escuchara en nuestros corazones.

Entretejiendo memorias

Yo soy tambores que suenan, yo soy risa que se ahoga, soy miedos y penumbras, soy música y silencio, soy lagrimas y vida, soy luz y oscuridad, soy camino y obstaculo, soy miradas de angustia, soy mujeres que danzan, soy niños en un parque, soy una escuela vacia, soy la oscura noche y el claro dia, soy pensamiento, soy un gol en una final, soy un concierto de grillos en la noche, soy una mujer desplazada por la violencia, soy un niño que llora de hambre, soy un tango, soy vallenato, soy un poema de Neruda, soy un cuento de Garcia Márquez, soy rayuela, soy mariposas amarillas, soy arte..soy memoria.

Entretejiendo todo lo que somos y lo que nos representa, el arte se convierte en un clamor a las transformaciones políticas, sociales y económicas necesarias para alcanzar el objetivo principal que es: la paz, es por esto que fue necesario iniciar con urgencia un cambio de mentalidad, donde desnaturalizamos la violencia y apostamos por el arte de mirarnos a los ojos, de agarrarnos las manos y construir semillas de paz, sino nos unimos, la paz seguirá siendo esquiva. Es en esta medida que el arte es la transformación, el arte hoy es conciencia, comunicación, diálogo, circulación de pensamiento, aliciente de sociabilidad.

Así, entretejiendo el arte fuimos abandonando la escuela, no como fuente de conocimiento sino como ese lugar físico de cuatro paredes, que muchas veces se convierte en la prisión del conocimiento, trascender, mostrar un camino de resiliencia y narrativas, compartir el dolor para que el peso no nos agobie, este escape nos sirvió para saldar una deuda con la memoria, una deuda que tiene la escuela con la memoria histórica, esta deuda la hemos venido abonando con arte: obras de teatro, cuentos, cómics, obras de títeres, exposiciones fotográficas, narrativas de vida, cantamos a la vida, recorrimos la vereda narrando la memoria desde el arte, visitamos instituciones educativas, nos hicimos sentir en congresos, en foros, en redes, dimos luz a la voz de la mujer, reconocimos nuestras diferencias y en ellas dibujamos un camino, un camino que nos lleva a la paz.

Hemos estado en podios que nos llenan de orgullo y nos animan a seguir trabajando. Reconocimientos que sin el empoderamiento y resiliencia de los estudiantes y comunidad no hubiera sido posible. El arte que hace memoria, se entreteje en comunidad y se convierte en tambores que suenan con armonía, en voces que no tienen miedo, en un concierto con instrumentos de esperanza, en pájaros que cantan en la mañana canciones de paz, canciones de vida.

Entretejer la memoria es el espejo en el cual hoy me puedo mirar, de un lado estaré yo, del otro lado estarán los miedos, las angustias, esas miradas inquietantes de mis estudiantes, las pesadillas de los desplazados, los niños sufriendo, las niñas que callan, los sueños perdidos, ese espejo siempre reflejara la tragedia, pero en este lado estoy yo, firme y convencido que todo hay que dejarlo atrás, que el espejo me recuerda que no debemos olvidar, pero que la reconciliación es mucho más fuerte, que el pasado duele y duele mucho, pero no nos debe pesar, de este lado siguen los sueños, sigue la fantasía, sigue la locura, siguen las ganas de ser maestro, de ser arte, de ser vida. Ese espejo siempre me recordará que vivir anclado en el pasado, es perdernos la magia del presente.

La locura de ser maestro

¿Te has preguntado alguna vez, qué no es locura? Es una pregunta que no se hace el maestro, porque tiene la certeza de saber que es la locura y maromea con respuestas si le pides una respuesta, - locura, es la privación del uso de la razón. – Es un desequilibrio mental. – Es la pérdida del autocontrol. – Son alucinaciones o comportamientos absurdos, y así con múltiples respuestas que araña de su conocimiento, cree también tener la respuesta a lo que no es locura, en este caso del maestro que entremezcla el arte y la memoria, donde se convierte en viajante de una pedagogía para la locura, es importante ahondar en esa respuesta.

Hacer siempre lo mismo, una y otra vez y esperar que algo cambie, eso no es locura, sentarte a esperar que todo cambie como por arte de magia, eso no es locura, reproducir lo que nos dictan los libros de texto y los currículos, eso no es locura, son imperativos de normalidad, hay que ser como son todos y ser como todos son, no es locura, es repetición. Eso es lo que he construido en esta locura de ser maestro, desligarme del ser repetitivo. La locura no es querer ser como todos. Es querer ser uno mismo.

La repetición muchas veces se asocia con experiencia, maestros que pululan llevar mucho tiempo y esto les da la palabra en muchas ocasiones, muchos años repitiendo la misma clase no es locura, locura es abandonar esas prácticas y asumir que cada día estamos empezando, la locura del empezar diario, no la vanidad de una falsa experiencia, cada día la locura te habla, los rostros te inquietan y piden cambios, la locura se asume en cambio, en transgredir las vanidades, cada día es un paso nuevo, el acto de la pedagogía no asume repetición, el acto de la pedagogía es una construcción diaria, una pedagogía que no está estática, una pedagogía que está inquieta, creando, una pedagogía de la locura y no una pedagogía de la conformidad, el maestro en este caso es creador, es reflexión, es misterio, moldea cada día como creador, para una pedagogía de la locura, el maestro debe estar convencido que está loco y para esto se necesita valentía, constancia y disciplina.

La experiencia como vinculo de repetición es lo primero que debemos abandonar, es difícil abandonar la comodidad de la rutina diaria, entrar a discutir con la seguridad de lo que se es familiar y despertar de la tranquilidad de lo repetitivo, es muy difícil, pero es acá donde el maestro debe dar el giro, saber que la locura también es disciplina, que se debe crear, se debe planear, como el músico para darnos su mejor versión ensaya horas y horas, no importa si se la sabe de memoria, el siempre busca la perfección, el CHEF que cocina su mejor plato necesita tiempo, para ellos es importante el producto, pero es mucho más importante quien lo disfruta, porque tienen la pasión de compartir y entregar el alma en cada sabor, en cada canción, es en este momento que como maestro asumo que la experiencia no es repetición, es buscar tu mejor versión, tu mejor sazón, tu mejor canción, cada clase debe buscar lo mejor del ser maestro, pasión y locura dialogando, moldeando para compartir tu mejor producto, para que los estudiantes cada día lo saboreen y disfruten y donde está el secreto, en una pizca de locura.

Este caminar como maestro es una búsqueda constante de experiencias y como buenos locos tenemos una percepción distorsionada de la realidad, creamos mundos mágicos donde nuestros sueños vuelan, donde con arte intentamos tocar corazones, alucinamos con cambios que nos involucren a ser más humanos, el maestro es humano y como humanos nos acercamos a la locura, a las utopías, somos soñadores de escuela, pero de una escuela que este en cada corazón transformando, una escuela justa, una escuela que es inclusiva, una escuela que apoya el arte, una escuela que cante y nos brinde su abrazo, una escuela que nos mire como iguales, como constructores, esa escuela es la que mi imaginación diariamente construye y recrea y es acá donde en las montañas de estos andes mágicos puedo gritar sin temor que la locura de ser maestro es lo mejor que me ha pasado.