Travesía migratoria de los niños venezolanos en Suramérica Migratory journey of venezuelan children in south America

Wendy Guzmán Guerra ,
Ramón Alexander Uzcátegui Pacheco 
e Luis Bravo Jáuregui 

https://doi.org/10.25965/trahs.2314

Venezuela, en muy pocos años, pasó de ser un país receptor de migrantes a ser emisor de población, a un ritmo antes nunca visto en su existencia republicana. Al ser un fenómeno masivo, el componente infantil en la población que migra tiende a ser cada vez mayor. Los niños, niñas y adolescentes son una población vulnerable por su condición migratoria. En esta indagación, se consultaron documentos e informes de agencias nacionales e internacionales, así como fuentes hemerográficas, con la finalidad de construir una imagen del niño migrante venezolano en su travesía por los países de América Latina. Se registraron datos de la población infantil migrante y algunas estrategias para atender escolarmente este segmento de la población venezolana que transita por Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.

Le Venezuela, en très peu d'années, est passé d'un pays d'accueil de migrants à un pays émetteur de population, à un rythme jamais vu auparavant dans son existence républicaine. Étant un phénomène massif, la composante enfantine dans la population migrante tend à être de plus en plus importante. Les enfants et les adolescents constituent une population vulnérable en raison de leur statut migratoire. Dans le cadre de cette enquête, des documents et des rapports d'agences nationales et internationales, ainsi que des sources journalistiques, ont été consultés afin de construire une image des enfants migrants vénézuéliens dans leur voyage à travers les pays d'Amérique latine. Des données ont été enregistrées sur la population des enfants migrants et sur certaines stratégies visant à scolariser ce segment de la population vénézuélienne qui voyage à travers la Colombie, le Brésil, l'Équateur, le Pérou, le Chili et l'Argentine.

A Venezuela, em muitos poucos anos, passou de país de acolhimento de migrantes a país emissor de população, a um ritmo nunca antes visto na sua existência republicana. Sendo um fenômeno maciço, o componente infantil na população migrante tende a ser cada vez maior. As crianças e os adolescentes são uma população vulnerável devido ao seu estatuto migratório. Nesta investigação, foram consultados documentos e relatórios de agências nacionais e internacionais, bem como fontes jornalísticas, a fim de construir uma imagem das crianças migrantes venezuelanas na sua viagem através dos países latino-americanos. Foram registados dados sobre a população infantil migrante e algumas estratégias para proporcionar escolarização a este segmento da população venezuelana que viaja pela Colômbia, Brasil, Equador, Peru, Chile e Argentina.

Venezuela, in very few years, went from being a receiving country of migrants to being an emitter of population, at a pace never seen before in its republican existence. Being a massive phenomenon, the child component in the migrating population tends to be increasingly larger. Children and adolescents are a vulnerable population due to their migratory status. In this investigation, documents and reports from national and international agencies, as well as newspaper sources, were consulted in order to construct an image of Venezuelan migrant children in their journey through Latin American countries. Data were recorded on the migrant child population and some strategies to provide schooling for this segment of the Venezuelan population that travels through Colombia, Brazil, Ecuador, Peru, Chile and Argentina.

Índice
Texto integral

Presentación

La crisis que afecta a Venezuela está produciendo una salida importante de sus ciudadanos hacia otros países. El incremento inusitado de la inseguridad ciudadana, la conflictividad política, la disolución institucional, la pérdida del Estado de Derecho, el colapso en los servicios públicos, y un largo proceso hiperinflacionario que vive la economía local debilitan la calidad de vida de las familias. Estas condiciones han llevado a muchos venezolanos a tomar la decisión de migrar en búsqueda de mejores opciones de vida, tanto en sus dimensiones económicas, políticas y sociales, y en general de garantía de sus derechos humanos fundamentales.

Note de bas de page 1 :

Información en el portal de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela. Actualización 4 de abril de 2020. Disponible en: https://r4v.info/es/situations/platform

En términos numéricos, desde 2014 hasta mayo de 2020, se cuentan 5.095.283 de venezolanos en el mundo (OIM- R4V, 2020)1. Según datos de la Organización Internacional de Migración (OIM) la migración internacional

aumentó de 93 millones en 1960 a 258 millones en 2017. Su porcentaje con respecto a la población decreció del 3,1% en 1960 al 2,7% en 1990 antes de alcanzar el 3,4% en 2017. (UNESCO, 2019:35).

En los últimos veinte años el caso venezolano sigue una tendencia creciente de migrantes a nivel regional y global. La OIM, define migración internacional como el movimiento de personas que dejan su país de origen o en el que tienen residencia habitual, para establecerse temporal o permanentemente en otro país distinto al suyo. La población venezolana forma parte de esa migración internacional que hoy se desplaza por en mundo en busca de mejores condiciones de vida no garantizada en su sociedad de origen.

La Asociación de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) distingue entre migrantes y refugiados. El carácter masivo de la migración venezolana ha llevado a concebir buena parte de ella no sólo como migrantes, sino también como refugiados, desplazados por las condiciones de vida que viven en el país. Los migrantes se desplazan de sus lugares de residencia habitual hacia otras locaciones, sea dentro o fuera de las fronteras de territorio nacional; los desplazados son población que se moviliza, forzada por las situaciones de vida que tienen en su sitio de residencia, ya sea por razones de guerra, catástrofes naturales, o socioambientales.

Venezuela es un caso de migración forzada, cuando las opciones de seguridad, salud, empleo, no existen en casa, la migración “nunca puede considerarse completamente voluntaria” (Davidson, 2003:37); por ello, “en la decisión de emigrar es posible encontrar razones dispares” (Páez, 2010). En el caso venezolano, la situación a la que ha sido sometida la población es producto de la acción gubernamental. El movimiento de venezolanos se ha extendido a diversos países del mundo; el mayor flujo, hacia países vecinos de la región latinoamericana ha repuntado en los últimos años.

La migración venezolana, por ser un movimiento masivo y de carácter forzado, también puede ser abordado como diáspora (Brubaker, 2005, c.p Mera, 2011), no solo por el hecho de que hay una salida masiva de venezolanos que se encuentran dispersos en varias partes del mundo, pues pese a su distanciamiento físico con el país, siguen en mayor o menor medida los acontecimientos locales, y mantienen fuertes vínculos afectivos familiares, culturales y de amistad con los habitantes que aún viven en el país. Es por esta razón que autores como Páez (2010) y Cañizales (2018), al investigar el caso venezolano, sostienen que “Esa oleada migratoria, dispersa en varios continentes, puede ser la primera señal firme de que Venezuela caminaba rumbo a una diáspora migratoria” (Cañizales, 2018: párrafo 12). Hay un rasgo distintivo en la conceptualización de diáspora, y es el hecho de que al considerar una mejoría en las condiciones por las cuales migraron del país, las personas estarían dispuestas a regresar a su lugar de origen.

Note de bas de page 2 :

Sobre el tema indígena puede revisarse ¿Qué implica la inmigración de los indígenas? Prensa ONU, disponible en: https://news.un.org/es/story/2018/06/1435672

Dentro del movimiento migratorio que se registra en el mundo, y en específico, en lo referido al caso venezolano, hay un interés creciente en los sectores más vulnerables como son los niños, adolescentes, mujeres y personas de la tercera edad. Joel Millman, sostiene que “los migrantes más vulnerables son los indígenas, las mujeres y los menores no acompañados”2. Esto es comprensible; desplazarse de un territorio a otro, carentes de los acompañamientos, las herramientas, capacidades y posibilidades efectivas para afrontar el proceso migratorio, hace que enfrentan importantes dificultades para conocer y aplicar de forma adecuada a los requerimientos tanto legales, sociales, culturales y educacionales en los países de acogida o receptores (UNICEF 2004). Por ello, cabe estudiar estos sectores no solo por la posibilidad de comprender su situación, sino también de conocer la capacidad que tienen las sociedades para reconocer, acoger y reestablecer la ciudadanía de estos sectores de la población, en condición de migrantes.

En atención a caracterizar la travesía migratoria de los niños venezolanos en Sudamérica, hemos consultado distintas fuentes documentales para producir un registro del niño migrante venezolano, reconociendo que la migración infantil es un problema global (UNICEF, 2016). Metodológicamente, el trabajo sigue la óptica de seguimiento; la consulta de fuentes documentales y hemerográficas nos permite acércanos a una visión de conjunto del problema. Hay poca información en las fuentes oficiales venezolanas y la información que disponemos es la elaborada por los organismos internacionales, las oficinas de información estadística y poblacional de los países receptores y los registros de la prensa.

La migración ha sido una preocupación del mundo académico (Osos y Villares, 2005; Mateo y Ledezma, 2006; Rivas, 2009; Echeverry, 2011; Freitez, 2011; Castillo Crasto y Reguant Álvarez, 2017) y en el caso de la situación venezolana es importante tener presente los trabajos de Páez (2010); Zuñiga (2011); Padilla, Torres y Michelena, 2015; Requena y Caputo (2016) y Vargas Ribas (2018), además de los informes que, desde la ONU, UNESCO, UNICEF y la OIM se han hecho sobre Venezuela. El análisis y seguimiento del fenómeno migratorio nos permitió identificar un segmento de la población vulnerable en este proceso, que en su travesía por la región ha enfrentado distintas situaciones hasta ver restituido uno de sus derechos fundamentales como es la educación.

I- La migración venezolana, un fenómeno nuevo. ¿Cómo se comporta y qué la origina?

Venezuela durante el siglo XIX y XX había sido receptor de ciudadanos provenientes de naciones europeas y latinoamericanas. Sin embargo, en los últimos veinte años, y especialmente, a partir de 2014 este proceso se ha revertido. Venezuela pasó de ser un país receptor a un país emisor de población.

Note de bas de page 3 :

Muñoz-Pogossian Betilde (2018, 11 de diciembre). Diáspora venezolana: tres olas migratorias en 20 años. El Nacional Web, disponible en: https://www.elnacional.com/opinion/columnista/diaspora-venezolana-tres-olas-migratorias-anos_262845/

En los últimos 20 años, en Venezuela, se registran tres oleadas migratorias de importancia. 2000-2005: ante la situación de incertidumbre política, producto de los cambios constitucionales iniciados en 1999 ante la propuesta de refundación de la República, por la nueva elite política instalada en el poder desde 1998; luego, 2014 y 2015: ante el recrudecimiento de la crisis política y económica que mermó sustantivamente la calidad de vida de la población; y, 2018-2019, donde el crecimiento negativo del PIB del país en los últimos seis años llevó a mucha de su población ante una situación de crisis que los organismos internacionales han denominado crisis humanitaria3. La situación es tan compleja que no pocos migrantes desde Europa y Suramérica, llegados a Venezuela en tiempos de la democracia representativa (1958-1998), hoy se han devuelto a sus países de origen junto a sus familias constituidas en el país. En algunos casos, ello ha originado fragmentación familiar, la cual incide significativamente sobre los niños.

En la tabla 1, a continuación, se muestra el crecimiento y la concentración por regiones de la emigración venezolana, desde 2005 hasta 2019. Se destacan como principales destinos Sudamérica, Norteamérica y España. También se nota un crecimiento sostenido, con una expansión repentina en los años 2016 y 2017.

Tabla 1. Comportamiento de la diáspora venezolana

Año

2005

2010

2015

2017

2017/2018

2019-Mayo

2019-Julio

2019-Diciembre

América del Norte

155.140

196.910

273.418

308.832

310.999

371.919

371.919

371.919

España*

165.893

323.575

AméricaCentral + México

12.437

21260

33.065

78.641

118.266

160.402

166.974

195.796

Caribe

24.367

19.629

21.074

41.693

42.950

119.333

119.333

88.840

Sud

América

54.616

62.240

88.975

885.891

1.848.581

2.889.923

3.239.730

3.659.570

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de OIM (abril 2018), OIM (septiembre 2018), OIM (mayo, 2019); (julio 2019) y OIM (dic 2019), *OIM, (marzo 2020)

La emigración venezolana se inició por motivaciones políticas. Páez ha señalado que ella ha ocurrido en “el período en el que el país ha percibido el mayor volumen de ingresos de su historia republicana” (2014:4), producto de un alza de la demanda y a su vez del valor del petróleo en el mercado mundial,

Con esa formidable masa de ingresos el régimen pretendió impulsar un régimen socialista, a imagen y semejanza del fracasado modelo cubano y al margen y en contra de la Constitución aprobada en 1999. (Páez: 2014:4)

Esto dio paso a la diversificación de las razones para emigrar, esto es, razones económicas, jurídicas y sociales como la seguridad física, alimentaria y psicológica; en fin, razones humanitarias.

II- La crisis de la sociedad venezolana produjo una explosión migratoria que incluye a la infancia

Son múltiples las circunstancias por las cuales un niño adquiere la condición de niño migrante. Según el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú, se entiende por niño migrante a “toda persona menor de 18 años que se encuentre fuera del Estado del cual es nacional” (CIDH, 2012: 4). La salida, desde su país de origen hacia otro, afecta esta condición, tenga o no documentos, migre con o sin sus padres y esté en condición de tránsito, asilo, refugiado o desplazado. Veamos:

dentro de las múltiples posibilidades que se pueden dar, existen tres circunstancias en el marco de las migraciones que condicionan a los/as niños/as: (i) niños/as que migran junto con sus familias, (ii) niños/as que migran sin compañía de sus padres, madres o responsables y (iii) niños/as que permanecen en el país de origen cuando sus padres y madres migran. (Salmón c.p. CIDH, 2012: 6)

La vulnerabilidad del componente infantil en los flujos migratorios está presente durante el tránsito, su llegada e inserción en otra sociedad o si le corresponde quedarse y ver partir a su familia. La condición de migrante, más allá de su estatuto jurídico, tiene repercusiones en el niño, en sus dimensiones afectivas, sociales, culturales y ciudadanas, “En los países receptores, los niños se ven afectados en las etapas del proceso migratorio de la llegada y la larga permanencia” (Bustamante, 2009:10).

Note de bas de page 4 :

Traducción de los autores.

Grupos familiares se ven escindidos por la nueva situación. Desde 2014, se viene alertando sobre el impacto de la crisis venezolana en niños y adolescentes. Organismos reconocidos como Centros Comunitarios de Aprendizaje (CECODAP), Cáritas Venezuela y UNICEF han emitido comunicados exhortando a la sociedad y al Estado a brindar medidas de protección que garanticen, tal como lo establece la legislación venezolana vigente, el pleno desarrollo del niño. En este sentido se “solicitó la rápida implementación de una respuesta a corto plazo contra la mal nutrición, basada en datos desglosados y coordinada entre el Gobierno y los socios” (UNICEF, 2018: párrafo 1)4.

Según la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida, realizada entre la Universidad Central de Venezuela, Universidad Católica Andrés Bello y la Universidad Simón Bolívar en 2017, el 88% de los migrantes venezolanos tienen entre 15 y 59 años, lo que indica que no menos del 10% de la población migrante está compuesta por niños, niñas o adolescentes menores de 18 años (ENCOVI, 2017). En la encuesta se indica que el total de migrantes era aproximadamente de 1 millón 421 mil venezolanos.

Note de bas de page 5 :

“El NRC denuncia que más de cuatro millones de venezolanos han huido del país en los últimos cuatro años.” Europa Presshttp://www.europapress.es/internacional/noticia-nrc-denuncia-mas-cuatro-millones-venezolanos-huido-pais-ultimos-cuatro-anos-20180319124300.html

Si derivamos la proporción de menores señalada en la encuesta, estamos ante la posibilidad de que, por lo menos, sean 150 mil niños venezolanos migrantes. La cifra puede ser más alta si tomamos en consideración que, entre registros y subregistros, se llega a una estimación de 4 millones de venezolanos - según estimaciones de la firma Consultores 21 y los cálculos del Consejo Noruego para Refugiados5, o de 5.095.283 de venezolanos como registra OIM- R4V.

Note de bas de page 6 :

Rodríguez, María Fernanda. (2018). « Hijos de migrantes sufren el dolor de la separación. » https://cecodap.tumblr.com/post/172835049273/hijos-de-migrantes-sufren-el-dolor-de-la

Muchos niños se han despedido de sus padres ahora migrantes, pero otros han tenido que irse sin sus hijos, dejándolos al cuidado de terceros. Unicef y otras organizaciones para los derechos de la niñez incluyen a estos pequeños en una categoría llamada “los niños dejados atrás6. Aquellos cuyos padres o familiares son migrantes se ven igualmente afectados en su dinámica psicosocial; son colocados ante situaciones de abandono emocional y en algunos casos, material. Algunas características de los niños venezolanos migrantes se han registrado en Colombia. De 203.989 venezolanos,

23% de los venezolanos registrados son niños y solo 49% de los niños en edad escolar están estudiando. El 98% de los venezolanos registrados no están afiliados al sistema de salud y, en general, 88% de los venezolanos han expresado su intención de permanecer en Colombia. (ACNUR, 2018: párrafo 3)

Esas condiciones son únicamente para Colombia. Otro caso que cabe citar es Perú según una encuesta realizada por el Centro Binacional de Atención Fronteriza (CEBAF) de la ciudad de Tumbes a 1.235 venezolanos que ingresaron por la frontera noroeste del Perú, entre el 10/09/2019 y el 10/12/2019. Se comenta que:

el 31.3% de la población venezolana consultada manifestó haber dejado en Venezuela al menos a una persona menor de edad de su familia nuclear (hijos/as o hermanos/as). De este porcentaje, el 52.3% tiene en Venezuela a un menor de edad, el 33.7% cuenta con dos menores de edad y un 14.1% ha dejado tres o más menores en Venezuela. (OIM, 2020:8)

Además, la población migrante ha atravesado por contingencias adicionales tal como la presentada en la frontera Perú-Chile. Desde junio hasta agosto de 2019,

cientos de refugiados y migrantes venezolanos que viajaron a Tacna con destino a Chile han permanecido en la ciudad fronteriza con la esperanza de cumplir con los trámites en el Consulado chileno. (ACNUR Perú, 2019: 1)

En dicha coyuntura:

41% de los miembros del grupo familiar son niños, niñas y adolescentes (125 niños, niñas y adolescentes). De éstos, 13% tiene entre 0-4 años (41 niños y niñas). La evaluación identificó 8 niños, niñas y adolescentes (NNA) separados de sus padres o que sólo viajan con uno de estos. (…) 22 madres/padres están solos con sus hijas/hijos (…) 87% de las familias con hijos menores de edad se quedan con sus niñas y niños en la calle, denotando la falta de espacios seguros para los menores de edad y los riesgos de protección asociados a ello. (ídem)

Tal situación se diluyó luego del cierre del consulado de Chile en la ciudad peruana de Tacna, en agosto, donde los ciudadanos venezolanos deben realizar trámites migratorios en Perú para poder ingresar a Chile. Los venezolanos debieron acudir a otras regiones a gestionar su estado migratorio, dado que las personas varadas en la frontera debieron trasladarse a Lima Perú, con los costos que eso implica, para poder regularizar su situación y poder ingresar a Chile o replantear su proyecto migratorio.

III- Los niños forman un porcentaje importante y vulnerable de la migración venezolana

Los niños que migran tienen un futuro incierto, en el mejor de los casos logran incorporarse a la escolaridad en los países receptores. Existen acciones para que se incorporen a las escuelas, pero ya no estudiarán historia de Venezuela, ahora estudiarán historia de Chile, de Colombia, de Perú. Se adaptarán a una nueva cultura escolar y a una nueva sociedad. Las aulas de educación básica y media en Venezuela se vacían. En educación universitaria este fenómeno viene ocurriendo desde tiempo atrás (De la Vega y Vargas, 2017). Carlos Trapani, coordinador de la organización no gubernamental Centros Comunitarios de Aprendizaje (CECODAP), ONG dedicada a la proyección de los derechos de los niños/as y adolescentes, señala que “las escuelas se están quedando sin niños y sin docentes, es un contexto bien difícil y complejo” (CECODAP, 2018: párrafo 1).

Note de bas de page 7 :

R4V es la plataforma de coordinación para migrantes y refugiados venezolanos, promovida por ACNUR y la OIM, tiene un carácter de Plataforma Regional de Coordinación Interagencial. Fue creada en 2018 a solicitud de la ONU. Portal oficial: http://RAV.info

Aunque no se tiene información oficial y consolidada de este flujo en Venezuela y es parcial en los países explorados, la revisión de la prensa, informes de organismos multilaterales estatales como el de R4V (2020)7 reportan la atención educativa de 1,420.000 infantes en la región, lo que abarca desde apertura a los sistemas formales de educación, simplificación de los procesos de validación de títulos, trato preferencial ante procesos administrativos y creación de grupos de atención.

En Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile y Argentina aumentó la presencia de niños venezolanos, otrora estudiantes del sistema educativo venezolano. Es progresiva la incorporación a sus sistemas educativos, a una nueva cultura escolar, y se han creado políticas y estrategias de atención a migrantes, lo que ha facilitado a la infancia migrante, pese a su situación legal, social y económica, insertarse en las escuelas. Veamos algunos casos.

1- Colombia

En este país, la información disponible indica que “ya serán más de 13.000 niños venezolanos registrados en el sistema educativo colombiano desde 2016” (Rojas, 2018: párrafo 1). Aunque la cifra puede ser mayor, sin duda ello representa un importante número de niños venezolanos incorporados en las escuelas del vecino país. El balance es el siguiente “En Cúcuta, por ejemplo, la Secretaría de Educación tenía registrados 1.483 niños venezolanos para 2017. En febrero de 2018 ese número ya había ascendido a 3.179” (ídem),

Al respecto, el Ministerio de Educación Nacional de Colombia informó, para enero de 2018, que “De 3 mil a 4 mil estudiantes tienen falta de registro y estamos desplazándonos a diferentes zonas de frontera donde reporten que tienen dificultades”. (La FM, 2018: párrafo 5)

Hay un creciente número de niños venezolanos en escuelas colombianas. La educación, como derecho humano fundamental, se ha puesto aprueba en esta realidad, en la que los ciudadanos venezolanos, ahora en condiciones de migrantes, deben cumplir con los tramites legales para acceder a la escolaridad. Cúcuta es la ciudad colombiana con mayor intercambio histórico con Venezuela, lo que puede incidir en el alto asentamiento de venezolanos, pero los migrantes también se ubican en otras partes del vecino país:

Según los resultados emitidos en mayo sobre el primer mes del Registro de Migrantes Venezolanos, en toda Colombia se inscribieron más de 203.000 personas. Las cifras entregadas contabilizan a 106.476 familias de las que 98.516 son mujeres, 3.914 de ellas se encuentran en estado de embarazo y existen 48.164 niños, niñas y adolescentes, de los cuales menos de la mitad está estudiando. Solo 13.549 están adscritos a algún plantel educativo. (Rojas, 2018: párrafo 4)

En general, de los países suramericanos, Colombia concentra la mayor proporción de la migración venezolana; se invierte la dinámica migratoria desarrollada en el último cuarto del siglo XX, en el que miles de colombianos encontraron refugio en Venezuela. Novella describe que:

Para el año 2000 había un total de 7.135 venezolanos que venían al país en búsqueda de residencia permanente. Esta cifra aumentó en un 700% para el año 2005, llegando a un total de 50.073 venezolanos solicitantes de visas de residencia en Colombia. Las estadísticas dadas por Migración Colombia reportan que los venezolanos forman parte del primer grupo de migrantes extranjeros en Colombia que solicitan cédulas de extranjería entre los años 2012-2014, llegando a un total de 24.047 cédulas para el período. (2016:134)

Además del acceso educativo y la alta densidad poblacional se aprecian situaciones elocuentes sobre la dramática travesía de los migrantes en general y de sus niños en particular. En la prensa se registran

en la terminal de Soledad, en el Atlántico, fueron desalojados 300 venezolanos (de los cuales 70 eran menores de edad) que vivían en un parqueadero durante la primera semana del año. (Lasillavacia.com, 2018, 20 de enero)

Note de bas de page 8 :

“Situación de niños en la calle aumenta con crisis en Venezuela.” “En los últimos seis meses hemos notado un incremento alarmante en la cantidad de niños en situación de calle. De cinco casos pasamos a atender 20 diarios. Todos son muy pequeños, con edades entre los 7 y 12 años, y nos dicen que salen a buscar alimentos”, explicó el portavoz de la Asociación Civil Red de Casas Don Bosco https://www.elcorreodelorinoco.com/ninos-en-la-calle-crisis-venezuela/

Note de bas de page 9 :

“Niños venezolanos duermen en andenes, calles y parques de Cúcuta.” Algunos de los niños se están viendo forzados a trabajar junto a sus padres en los semáforos vendiendo dulces para subsistir, sin embargo, las autoridades ya se encuentran realizando recorridos para solventar la situación con los menores de edad. https://www.noticiasrcn.com/nacional-regiones-oriente/ninos-venezolanos-duermen-andenes-calles-y-parques-cucuta

Note de bas de page 10 :

“52 niños venezolanos abandonados en la frontera con Colombia.” Por alguna carencia como falta de comida y de albergue, 2.423 niños venezolanos menores de 5 años de edad que migraron a Cúcuta, departamento Norte de Santander, han sido atendidos y llevados a centros de desarrollo infantil, hogares comunitarios y hogares infantiles, de acuerdo con datos suministrados por el ICBF” http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/ninos-venezolanos-abandonados-frontera-con-colombia_223155

Note de bas de page 11 :

“Niños desamparados deambulan en Venezuela tras éxodo de sus padres.”"Hay un aumento en el número de chamos que quedaron a cargo de un familiar o de algún vecino porque los padres se están yendo hacia Colombia o hacia otros países a trabajar, y por supuesto que lo hemos notado en la calle", dijo a Efe Leonardo Rodríguez, director de la Asociación Civil Red de Casas Don Bosco.http://www.el-nacional.com/noticias/crisis-humanitaria/ninos-desamparados-deambulan-venezuela-tras-exodo-sus-padres_225433

Informaciones como ésas ponen a prueba el sistema de protección de niños migrantes cuando la “Situación de niños en la calle aumenta con crisis en Venezuela”8; “Niños venezolanos duermen en andenes, calles y parques de Cúcuta”9; “52 niños venezolanos abandonados en la frontera con Colombia”10; “Niños desamparados deambulan en Venezuela tras éxodo de sus padres”11. La situación se resume en que:

El 60% de la infancia venezolana en Colombia no va a la escuela, lo que incrementa los riesgos para su seguridad. La situación de precariedad en la que viven sus familias y las dificultades para obtener la documentación apta para un empleo formal fomentan su ingreso temprano en el mercado del trabajo. (Trotta, 2018: párrafo 7)

Son niños que ya no están en la escuela, su entorno cambió; la crisis que les tocó vivir, de la cual no son responsables, los hace víctimas de un futuro incierto para sí y para los países de acogida si no se activan los mecanismos de protección adecuada. Así las cosas, urgen acciones para mitigar la vulnerabilidad, entre las cuales existen algunas dotaciones pues en Colombia entre enero y diciembre de 2019 se fomentó el acceso a la educación con “con kit escolares para niños y profesores. 4.043 beneficiarios” (CICR, 2019: 1).

La numerosa población de 1.630.903 de venezolanos en el vecino país para finales de 2019 ha generado un gran impacto sociodemográfico, lo que ha llevado a que Colombia incorpore políticas y estrategias migratorias, fronterizas, educativas y humanitarias en su agenda, e incrementado también el acceso escolar, aunque tenga grandes retos por superar.

2- Brasil

Note de bas de page 12 :

“Proyecto Pacaraima, Brasil, acoge a refugiados y migrantes sin hogar” (15-01-2020) https://www.acnur.org/noticias/noticia/2020/1/5e2116614/proyecto-pacaraima-acoge-a-refugiados-y-migrantes-sin-hogar.html

Con respecto a Brasil, se tiene que “Entre 2017 y 2019 más de 540.000 venezolanos ingresaron al país”12. En el marco de la Operación Acogida, entre 2018 y 2019, se brindó asistencia a menores venezolanos en proporción de 4.900 femeninas y 4.628 masculinos que transitaban junto a algún adulto. Según Unicef:

En el estado brasileño de Roraima más de 3.600 niños venezolanos (han sido) matriculados en centros públicos; (…) la calidad y el tipo de servicios prestados dependen de las iniciativas de la escuela y los maestros”. (Trotta, 2019: párrafo 13)

Cada día aumenta la presencia de infantes venezolanos en Brasil: “La migración venezolana es joven —el 72% tiene entre 20 y 39 años— y de alta escolaridad (el 32%),” (Agencia Anadolú, 2018: párrafo 8). Muchos llegan a Boa Vista, la ciudad más cercana a la frontera con Venezuela, pero,

Como la ciudad no tiene plazas para todos, muchos, incluso familias con niños se quedan en las calles y ocupan los espacios públicos, como estaciones de autobuses y las entradas de los hospitales”. (Agencia Anadolú, 2018: párrafo 5)

Los refugios no dan abasto y la transición hacia las mejores condiciones de vida por las que emigraron se forja con bastante lentitud. Además de las limitaciones económicas y sociales de su condición, el niño venezolano migrante enfrenta en esta frontera el reto de aprender un idioma diferente, lo que dificulta su inclusión en la escuela, más que en otras naciones de la región. Sin embargo, las respuestas de la escuela brasileña han sido de apertura hacia la integración de la niñez venezolana. Un ejemplo es “El sistema de educación pública de la ciudad atendió a 1.338 alumnos en 2017, entre brasileños y venezolanos”. (Agencia Brasil, 2018, portal Web)

En el mejor de los casos, los niños acceden a una escuela en sus nuevos lugares de acogida, pero esto no es lo que predomina. Mucha es la información que hay sobre niños migrantes en situaciones de alta vulnerabilidad. Este registro es un proceso complejo y lento que ha favorecido la inserción de los niños venezolanos a múltiples actividades, pero que contempla etapas de alta vulnerabilidad.

3- Ecuador

Rosero ha expresado que “hasta el 20 de agosto, según un informe del Ministerio de Gobierno, se registró la presencia de 349.097 ciudadanos venezolanos en el país” (2019, Párrafo 3). Desde 2018, se ha identificado el problema y según datos de Acnur en Ecuador “el 44% de los menores venezolanos no asisten a la escuela” (Trotta 2018: párrafo 11), lo cual es una situación alarmante. En la cifra de ciudadanos venezolanos en Ecuador, “De ellos, 88.320 tienen entre 3 y 17 años. Pero solo 34.000 están en el sistema educativo; aproximadamente hay 54.000 fuera de las escuelas” (Rosero, 2019, Párrafo 3).

Si bien se han desarrollado acciones de colaboración, el país tiene problemas estructurales propios, por lo que la inclusión de estos niños migrantes en el sistema escolar es lenta y se privilegian acciones generales, con un alcance moderado. Por ejemplo: “De enero a diciembre de2019 se registraron 7.883 asistencias en el sector de educación” (R4V, 2020: 1). Tales asistencias se desglosan:

1. apoyo de casos individuales con orientación para acceso a la educación, 2. entrega de insumos (kits escolares) a niñas/niños, 3. Procesos de educación informal para mediación de confl­ictos orientados a niñas, niños, adolescentes y jóvenes. (ídem)

Acciones reducidas y los riesgos para la infancia venezolana migrante en este país se maximizan ante las limitaciones para el acceso de su núcleo familiar a condiciones económicas y entornos sociales estables y sólidos.

4- Perú

Entre las características y circunstancias que presenta la infancia venezolana en edad escolar que emigra al Perú cabe citar a Trotta quien expresa que:

Tras Colombia, Perú es el país que más refugiados y migrantes venezolanos alberga, medio millón, de los cuales 80.000 son niños y niñas (…), para finales de 2019 se estima que serán 1,3 millones, incluidos 200.000 menores de edad. (2018, Párrafo 8)

La inmigración en Perú creció exponencialmente en tan solo dos años. Según “los resultados de los Censos del 22 de octubre del 2017. A esa fecha se contaron 60.949 personas, que habían llegado del 2012 al 2017” (Mendoza y Miranda, 2019: 1), pero la inserción escolar de los niños es baja.

Según el estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el 18.7% de la población venezolana que vive en el Perú son niños o adolescentes de hasta 17 años. En el caso de los adolescentes de 12 a 16 años, a quienes les correspondería cursar educación secundaria, solo el 40.2% asiste al colegio, mientras el 59.8% no lo hace. La tasa de inasistencia al colegio es mayor en hombres (66.1%) que en mujeres (50.9%). De los niños que deberían poder cursar estudios de nivel primario (de 6 a 11 años) el 54% no está estudiando. (Gestión.pe, 2019: párrafo 2)

Otra referencia que da cuenta de los niños venezolanos en el Perú son las 631 entrevistas realizadas por ACNUR, en noviembre de 2019, entre niños /as y adolescentes con 3 o más meses de residencia en el país. De ésos solo el 51% está en la escuela mientras que 47% no está matriculado por diversas razones administrativas en el sistema escolar del país de acogida: falta de cupo (22%), falta de documentos y requisitos (12%), tarde para inscribirse (11 %) y razones personales como falta de recursos económicos (15%) (ACNUR, 2019: 4).

5- Chile

En el caso de este país austral, según cifras del Ministerio de Educación,

en 2016 había 61.085 escolares migrantes en el país (…). La cifra se duplicó en un año considerando que, en 2015, los escolares extranjeros contabilizaban 30.625personas”. (Elige Educar, 2017: párrafo 3)

Al respecto Espinoza (2019) en un reportaje para Radioagricultura titulado “Explosivo aumento de estudiantes venezolanos en Chile” señala que: “Entre el 2016 y 2018 los venezolanos pasaron de 711 a 16.081 escolares, un aumento de 2.162%. (…)”. Agrega que los venezolanos “son parte activa y han logrado manifestarse en sus expresiones culturales, como bailes y costumbres” (ídem).

Profundizando en características del acceso a la escuela y otros servicios básicos de los niños venezolanos migrantes en este país, se ha identificado que “Entre quienes conviven con más personas, el 39% vive con menores de edad, de estos niños/as y adolescentes el 85% asiste a la escuela” (OIM, 2019: 12). Con los datos disponibles, hasta el año 2017, se aprecia un escenario con amplias posibilidades para una integración armónica en el proceso educativo, de gran cantidad de niños venezolanos en este país.

6- Argentina

Note de bas de page 13 :

Brian Majlin (2018). Cómo se integran en las escuelas argentinas los niños venezolanos”. RED/ACCIÓN 9-8-2018. Disponible: https://www.redaccion.com.ar/como-se-integran-en-las-escuelas-argentinas-los-ninos-venezolanos/

Para 2015 “Según estadísticas de la Dirección de Migraciones de Argentina, (…) un promedio de 30 venezolanos se radicó por día en el país. Así, en 2015 la cantidad de venezolanos aumentó un 120 % y en 2016, otro 140 %” (Pérez, 2017: párrafo 12). Mientras que para 2018 se otorgaron “70.531 radicaciones entre temporarias y permanentes a venezolanos” (DNM, 2018:3). Esos incrementos significativos en la cantidad de venezolanos influyeron, desde febrero de 2016, en la creación de políticas para la inclusión escolar. Al respecto: “el Ministerio de Educación Nacional dictó la resolución 232-E que garantiza y facilita el acceso de estudiantes venezolanos, con o sin papeles, al sistema educativo argentino”13.

En el mismo artículo se indica que, en 2016, la cantidad de estudiantes venezolanos era de “1.249 chicos en nivel inicial, 525 chicos en primarios y 338 en secundarios” (ídem). A contar de 2019, comienza a destacar la presencia en las regiones; por ejemplo:

Note de bas de page 14 :

“V Historias de vida: hay casi 300 niños venezolanos que llegaron a Mendoza para rehacer su vida”. MDZ Diario de Mendoza, 9-8-2019, disponible en: https://www.mdzol.com/sociedad/2019/8/9/historias-de-vida-hay-casi-300-ninos-venezolanos-que-llegaron-mendoza-para-rehacer-su-vida-39485.html

en Mendoza hay 288 alumnos que vienen de ese país. De ellos 34 se encuentran en nivel inicial, 162 en primaria y 66 en secundaria, tanto en colegios de gestión pública como privada”14.

De tal manera, los menores de edad que acompañen a esos adultos serán reubicados en el interior de la nación, con lo que será más viable para el país la inserción de esos niños en plazas escolares.

Conclusiones

La panorámica descrita en el artículo nos permite no solo ver la complejidad del proceso migratorio venezolano, sino el impacto concreto que tiene sobre la población infantil, no solo aquella que se queda en su casa y ve partir a sus familiares al extranjero, sino también, de aquellos jóvenes que salen con parte o la totalidad de sus familias al extranjero huyendo de las condiciones actuales de la sociedad venezolana. Estamos ante una generación de jóvenes que vivirá parte de su infancia y adolescencia inmersa en un proceso migratorio, y las consecuencias que esto tiene para su desarrollo psicológico, moral, cultura e intelectual. De todos los aspectos involucrados, el desarraigo de la familia y de su escolaridad es uno de los procesos mas complejos de observarse en este segmento de la población venezolana.

Ahora bien, ¿cómo mitigar las condiciones de vulnerabilidad del niño venezolano, migrante o no? En el primer caso, por el reconocimiento de su ciudadanía, mas allá de los imperativos de los Derechos Humanos y de los Derechos del Niño de la cual buena parte de los países del mundo son signatarios. Los Estados y las sociedades de acogida deben cada vez más ante la presión migratoria organizar los cauces institucionales que permitan, en el caso de la infancia, construir opciones para su desarrollo vital y cultural.

La sociedad venezolana debe estar atenta a este fenómeno. La educación institucionalizada en establecimientos de educación básica o en universidades no es el remedio para todos los males de Venezuela. Definitivamente no lo es, ni mucho menos cuando las sociopatías contextuales que afectan a la Nación son del tamaño de las que sufre la educación venezolana. Un aterrador ejemplo de ello es la hiperinflación que hace muy difícil lo que en este país se podría hacer para beneficio de las nuevas generaciones. Sobre todo, en lo que el cuerpo de la Constitución Nacional de 1999 sanciona como los caminos más expeditos para una mayor felicidad, el trabajo y la educación.

La decisión de emigrar es compleja y difícil. Las principales razones de las familias y de los jóvenes venezolanos para emigrar han sido las de proteger la vida, vivir con cierta calidad y acceder a una educación escolar y social que potencie las características de los niños y jóvenes. La información disponible ilustra la creciente presencia de NNA venezolanos en sistemas educativos de otros países de la región. Son migrantes que ahora tienen en la escuela, una distinta a la de su país de origen, una nueva oportunidad de inclusión social, producto de acciones y políticas de los países de la región para insertar a parte de esta población que llega constantemente. Aunque la proporción de inserción es menor a la demanda.

Se ha evidenciado interés en la protección de la niñez y el acceso a la educación, aunque existen brechas entre países, las cuales pueden derivarse de los modelos de gestión, así como solidez económica y social de cada país. “Esta problemática invita a repensar los mandatos uniformizadores con los que están organizados los sistemas educativos” (Novaro, Diez, Martínez, 2017:7), así como atender temas de ciudadanía, discriminación y xenofobia.

A partir del momento de emprender el proceso migratorio, los niños se hacen diferentes en su configuración como individuos y ciudadanos, cuyos referentes y experiencias se han diversificado. Ya, además de ser venezolanos, son extranjeros, y se mestizan sus códigos culturales. Con el tiempo y en investigaciones futuras se podrá determinar en cuáles sentidos se materializan tales códigos. Al respecto, se proyecta la necesidad de explorar experiencias escolares de venezolanos en diferentes países, en cuanto a su inserción social y educativa, características de la prosecución, rendimiento, rasgos socioafectivos, niveles alcanzados, entre otros.