Imaginarios y figuras en el cine de la postransición

José Luis Sánchez Noriega (ed.)

 

ÍNDICE

Introducción. Un cine que crece en diversidad

J.L. Sánchez Noriega (Universidad Complutense)

 

  1. Génesis, contextos, intermedialidades

El reencuentro del cine español con su público: los cineastas de los 90

Pilar Martínez-Vasseur (Université de Nantes)

 

¿Qué es el cine español de calidad? Sobre la transformación de las culturas cinematográficas nacionales a finales del siglo XX

Fernando Ramos Arenas (Universidad Complutense)

 

Fuentes narrativas del cine español en los 80 y 90

Javier Sánchez Zapatero (Universidad de Salamanca)

 

  1. Espacios, temáticas, conflictos

De qué hablan las películas españolas

Francisco M. Benavent (ensayista y crítico de cine)

 

Los años de plomo: representación de la mujer terrorista

María Marcos Ramos (Universidad de Salamanca)

 

Paisajes rurales, reales y fingidos, del cine de fin de siglo

Antonio Checa Godoy (Universidad de Sevilla)

 

Escenarios y escenografías. Cambios e hitos en el cine de la postransición

Gloria Camarero (Universidad Carlos III)

 

III. Identidades, estilos, personalidades

Mientras duerme la Luna. Los sueños en el cine de Bigas Luna

Gonzalo Pavés Borges (Universidad de La Laguna)

 

El realismo amniótico en la forja de una cineasta

  1. L. Sánchez Noriega (Universidad Complutense)

 

Agustí Villaronga: horror y memoria histórica

Gérard Imbert (U. Carlos III de Madrid)

 

El cristal y la Luna

Jéan-Claude Seguin (Université Lumière Lyon 2)

 

  1. Cine de género, géneros del cine

José Luis Guerín, ciudadano de la cinematografía

  1. Magdalena Brotons (Universitat de les Illes Balears)

 

Los mundos de En construcción: el marinero, la puta y el pescador

Bénédicte Brémard (Université de Bourgogne)

 

El tozudo resiliente. Las últimas comedias de Mariano Ozores

Ernesto Pérez Morán (Universidad Complutense)

 

Sumisas, prostitutas y manipuladoras. Mujeres en el cine criminal español de los 80

Laura Pacheco Jiménez (AdMIRA – Universidad de Sevilla)

Los autores

 

Introducción. Un cine que crece en diversidad

 

J.L. Sánchez Noriega

(Universidad Complutense)

 

Dentro del proyecto de investigación “Sociedad, democracia y cultura en el cine español de la era socialista (1982-1996)” hemos venido profundizando en el cambio social que tiene lugar con el acceso al poder de la izquierda desde hacía medio siglo y en cómo nuestro cine trazaba una panorámica o establecía algún tipo de diagnóstico sobre una época llena de tensiones y contradicciones. Ese cambio conoce transformaciones decisivas: desde la brutal reconversión industrial que lleva al paro a miles de trabajadores al desarrollo de infraestructuras y la bonanza económica con la entrada en la Unión Europea, de los resabios franquistas y el golpe de Estado fracasado del 23-F a la consolidación de las libertades, de la austeridad y conciencia de clase de la izquierda a la cultura del pelotazo de la beautiful people

No son menos radicales los cambios en el marco de la producción y exhibición del cine español; los ochenta conocen una caída en picado del número de espectadores y una desafección hacia las historias que cuentan nuestros cineastas, a pesar del look más internacional que logran las cuidadas producciones alentadas por Pilar Miró desde la Dirección General de Cinematografía. El vídeo, los nuevos canales de televisión y —ya al final del siglo— las plataformas digitales alteran los mecanismos habituales de amortización de las películas. Hay que esperar a una nueva generación de cineastas, bien entrados los noventa, para que el cine español se reencuentre con el público más joven y sensible hacia una cultura audiovisual que demanda nuevos géneros y tratamientos, más desinhibidos, con imágenes encaminadas a la fascinación antes que a la reflexión.

Una primera aportación de este proyecto I+D+i ha sido el libro Trayectorias, ciclos y miradas del cine español (1982-1996) (Barcelona, Laertes, 2017) donde se hacen análisis de un corpus de 135 películas más representativas y se abunda en el contexto político, histórico y social de la España del felipismo, se da cuenta de la política cinematográfica y se esbozan los temas, ciclos, géneros y estilos del cine español en esos años. Un segundo trabajo es el número monográfico de la revista Área Abierta, vol. 19, núm. 1 (2019) coordinado por Bénédicte Brémard y J. L. Sánchez Noriega que lleva el título “Conflictos y representaciones en el cine español de los ochenta y noventa”. Este monográfico consta de siete estudios que se articulan claramente en tres bloques: a) profundización en los conflictos sociales y cómo el cine se ha hecho eco de la inmigración (Inmaculada Gordillo) o de otras situaciones de tensión social como la corrupción política y la cultura del pelotazo (Sánchez Noriega); b) representaciones de personas en los márgenes de la pirámide social: adolescentes (B. Brémard) y ancianos (Guarinos); y c) estudio de géneros, desde cineastas concretos, como la comedia (Ernesto Pérez Morán) y el melodrama (Valerio Durán), y películas singulares (David García Reyes) representativos del cine del período. Una tercera aportación, de carácter monográfico, ha sido el estudio Universo Almodóvar. Estética de la pasión en un cineasta posmoderno (Madrid, Alianza Editorial, 2017) que abunda en el director más carismático de esa época, auténtico auteur con una personalidad y una carrera que desbordan el marco peninsular para convertirlo en español universal. También está dedicado a un solo cineasta Manuel Gutiérrez Aragón. Mitos, religiones y héroes (Le Grimh, Lyon, 2019) con una decena de trabajos sobre este narrador en imágenes y palabras, autor de algunos de los títulos más celebrados de los ochenta. Miembros del proyecto de investigación aportan en este libro reflexiones sobre las películas Visionarios (B. Brémard) y Maravillas (J.-C. Seguin) y sobre dos novelas y el ensayo A los actores del cineasta (Óscar Curieses); también figura una indagación en los valores simbólicos y narrativos de los alimentos en su filmografía (J.L. Sánchez Noriega).

La celebración del Seminario Internacional Cine Español 80-90 en la Universidad de Sevilla en octubre de 2018 con una docena de ponencias ha servido para profundizar desde perspectivas muy diversas en esas dos décadas. Los siete artículos del monógrafico de Área Abierta son fruto de ese seminario y ahora se suman los capítulos de este libro que se deben a las profesoras Pilar Martínez-Vasseur y Laura Pacheco, y a los doctores Gonzalo Pavés, Gérard Imbert y Jéan-Claude Seguin. Hemos aprovechado la publicación de Imaginarios y figuras en el cine de la postransición para abordar otros aspectos complementarios, de manera que el conjunto de estas publicaciones cumpliera los objetivos del proyecto de investigación indicado, llevando a cabo una mirada nueva, más distanciada y desprejuiciada, a lo que ha supuesto nuestro cine de esa época y su relación con la sociedad española e internacional.

Obviamente con estos trabajos no se trata de hacer una historia completa del cine español de los 80 y 90: nos conformamos con cierta cartografía del conjunto, que permita ulteriores profundizaciones, hecha desde un presente de veinte años después en que la distancia permite juicios más ponderados. Junto a ese diseño hay trabajos específicos que quieren ser representativos de algunas características singulares del cine de esos años.

Bajo el epígrafe I. Génesis, contextos, intermedialidades se presenta un primer bloque de tres capítulos que dan cuenta del marco cultural y sociológico de las películas del cine español del período. El texto inicial de la doctora Pilar Martínez-Vasseur constituye un elocuente esbozo del cambio que tiene lugar, ya en los noventa, en el público del cine español, que abandona la distancia del decenio anterior para un mayor aprecio, probablemente gracias a la incorporación de nuevos directores, la renovación de las historias y el estilo más atractivo para las generaciones de espectadores crecidas en un audiovisual muy plural. El trabajo del doctor Ramos Arenas ahonda en la propia concepción —y, en buena medida, autoconciencia— que del cine tiene nuestra cinematografía en la postransición, con el relevo generacional y la ruptura con el realismo dominante del NCE y de la cultura desde la generación del medio siglo. En su capítulo sobre las fuentes literarias, el profesor Javier Sánchez Zapatero traza una muy completa panorámica de las adaptaciones de novelas al cine español donde resulta evidente no sólo la deuda del cine con nuestra literatura sino también el hecho de que los cineastas estén más atentos a las publicaciones en las lenguas españolas que a las de otros ámbitos.

Una segunda parte, II. Espacios, temáticas, conflictos, indaga en el reflejo que hay en nuestro cine de diversas realidades sociales y humanas, desde la convicción del valor de las representaciones y del carácter testimonial que inevitablemente tiene toda filmografía. El trabajo de Francisco M. Benavent “De qué hablan las películas españolas”, traza un preciso, aunque necesariamente esquemático, panorama de los temas, conflictos, personajes y preocupaciones que se plantea el cine español, muy vinculados al cambio social que vive en esas dos últimas décadas del XX. Al margen del valor estético de las películas y de las nuevas generaciones de cineastas, tomar nota de los temas resulta decisivo para apreciar las raíces culturales y sociales de nuestro cine.

La doctora María Marcos focaliza su trabajo sobre las representaciones del terrorismo etarra en el cine y sobre las figuras de mujeres en particular, adentrándose en títulos específicos que revelan cómo la presencia de mujeres conlleva un sesgo humanizador y un cuestionamiento de la violencia. Resulta muy pertinente el capítulo “Paisajes rurales, reales y fingidos, en el cine de fin de siglo” del profesor Antonio Checa Godoy, pues subraya la evolución y diversidad con que se ha reflejado el medio rural, en tratamientos que, sintomáticamente, reflejan el talante de la sociedad. Se completa esta segunda parte con el capítulo que la profesora Gloria Camarero dedica a escenarios y escenografías, particularmente en las películas de ambientación histórica. Queda patente el ingenio y el esfuerzo de los directores de arte por otorgar mayor verosimilitud a los espacios imaginados, de acuerdo con el público cada vez más conocedor y exigente.

En III. Identidades, estilos, personalidades figuran los trabajos dedicados a cineastas más singulares, poseedores de un universo y una estética propios que han dejado huella en nuestro cine. El rico mundo de Bigas Luna y la condición onírica y subconsciente de gran parte de sus relatos sirve al doctor Pavés Borges para una exploración que, a la postre, evidencia la ambición de algunas películas de los 80 y 90, mucho más ricas y de alcance universal de lo que se estima frecuentemente. En el capítulo “El realismo amniótico en la forja de una cineasta” el profesor Sánchez Noriega se ocupa de indagar en los años de aprendizaje de Icíar Bollaín, una de las mujeres cineastas más relevantes cuya formación no académica tiene lugar en los años noventa, particularmente por su relación con Ken Loach.

El cineasta mallorquín Agustí Villaronga, constructor de relatos siempre fascinantes, recibe la atención de dos capítulos muy complementarios. En su espléndido ensayo, el profesor Gérard Imbert profundiza en las representaciones del mal y del horror, relacionando muy pertinentemente ciertas imágenes de Villaronga con la célebre tesis de Hanna Arendt sobre la banalidad del mal. Dos títulos de este cineasta sirven al doctor Jéan-Claude Seguin para una sugerente reflexión sobre las representaciones del cuerpo en este director y los ecos que despierta en diversas imágenes de la Historia del Arte.

En el bloque IV. Cine de género, géneros del cine figuran estudios donde se profundiza tanto en las fronteras de los géneros y en la permanente permeabilidad entre ficción y no ficción (caso muy evidente en José Luis Guerín), como en ciclos de películas que abundan en la comedia o la intriga criminal. La doctora Magdalena Brotons lleva a cabo un documentado acercamiento a la personalidad creadora de Guerín, reflexionando sobre sus primeras películas y sobre la propia concepción que del cine hay en ellas o motivó su rodaje.

El cine de no ficción merece especial atención en estos años de mutaciones decisivas que alumbran una amplia gama, en la que se sitúa el documental de creación En construcción que la doctora Bénédicte Brémard estudia en su ensayo y que es una de las películas más relevantes del cine español contemporáneo. Como nos hace ver la profesora, más allá de las funciones descriptivas o testimoniales, Guerín propone un ensayo sobre el paso del tiempo, su huella y la memoria, cuestiones universales que trascienden el reducido marco de un edificio y unas excavaciones en el Raval barcelonés.

En “El tozudo resiliente. Las últimas comedias de Mariano Ozores”, el profesor Pérez Morán continúa sus reflexiones sobre la comedia popular en el cine español y el discurso conservador, y hasta reaccionario, que subyace a cineastas escasamente estudiados. Finalmente se presta atención al imaginario cinematográfico en un género tan específico como la intriga criminal: en su trabajo, Laura Pacheco hace hincapié en las representaciones de mujeres, los roles estereotipados y la mentalidad patriarcal subyacente.

 

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Este libro es fruto de los resultados de investigación del I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad (Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación) titulado HAR2015-66457-P “Sociedad, democracia y cultura en el cine español de la era socialista (1982-1996)”.

 

 

Barcelona, Laertes, 2019, 306 páginas.

ISBN 978-84-16783-71-7

http://laertes.es/index.php?route=product/product&product_id=1119

 

 

 

 

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